Cántame al oído

Quizá la música nos uniese en su momento, pero lo que tenemos ahora es un vínculo mucho más fuerte. Si es con ellos, estoy más que preparado para enfrentarme a todo lo que nos depara el futuro. 3 A.M. Solo acaba de empezar a brillar.

¿Amigos de verdad? No sé lo que es eso. Sam está conmigo, lo sé, pero he cambiado mucho desde que se fue. Cuando descubra en quién me he convertido, ya no querrá saber nada de mí. He acabado sola, y con razón. La Holland que los demás conocen no es la real. Es una arpía. Una mala persona. Yo no soy así. No quiero ser así.

Se necesitan personas así en el mundo, gente que te anime a luchar por tus sueños, aunque parezcan imposibles. Bill tenía razón. Una parte de mí sabe que jamás habría entrado en la banda de no ser por Owen. Supongo que, si algún día llegamos lejos, tendré que volver y darle las gracias.

—¿Quieres saber lo que pensé cuando te vi por primera vez?—me pregunta, pasados unos minutos.
—¿En el cuarto del conserje?
—Pensé que eras la chica más guapa que había visto nunca.

Me muerdo el labio. Podría comérmelo a besos ahora mismo, pero imagino que querrá que vayamos despacio y no quiero agobiarle

—¿De verdad?—inquiero. Alex asiente.
—Después te pusiste a chillar y cambié de opinión

¿A qué temes? A la muerte. Es lo único que no tiene solución