Mucha misa y todo eso pero muy miserables, ¿sabes? Criticonas, interesadas y miserables.
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Mucha misa y todo eso pero muy miserables, ¿sabes? Criticonas, interesadas y miserables.
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La vida es eso, Pablo; todo lo que sabemos, todo lo que disfrutamos, todo lo que somos desaparecerá con la muerte. Y da igual que aprendamos la melodía diez años o diez minutos antes del final. Ese final llegará y lo borrará todo. Pero, mientras llega, eso es lo que somos.
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Los muertos nunca se van solos: se llevan un pedazo del universo.
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El infierno está aquí, somos nosotros.
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Eres una cuidadora, pero para cuidar a los demás primero tienes que cuidarte a ti misma.
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¿Que es lo que uno siente cuando, de pronto, descubre que el Mal forma parte de su familia? Pablo no sabe responder a esa pregunta: su conciencia es un pantano de emociones. |
En los crímenes más terribles, en las matanzas, en las violaciones, siempre hablamos y nos compadecemos de los muertos, de las víctimas directas. Pero ¿quién se acuerda y se preocupa de esas otras víctimas que son los familiares de los verdugos?
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El miedo es como una piedra que acarreas dentro del estómago. Día tras día vas tragando tu maraña de temores igual que los gatos se tragan sus pelos, hasta que acaban por formar una bola de pelo en la barriga, una densa pelota que produce ganas de vomitar y te obliga a caminar un poco encorvado, como esperando un golpe. El miedo es un parasito, un invasor. Un vampiro que te chupa los pensamientos, porque no puedes alejarlo de tu cabeza. E incluso si, en un raro momento de tregua, consigues olvidar por un instante tu miedo, siempre queda cierta pesadumbre pendiendo sobre ti, una vaga premonición de riesgo y desgracia. No hay manera de librarse por completo de él.
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No hay nada que envejezca tan deprisa como el amor mal amado.
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Lo más importante, se dice ese niño qué ahora es ese hombre, es tener siempre el control. Qué es justo lo que ahora se le escapa.
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¿Quién es el autor/la autora de Episodios Nacionales?