Mira, a mi edad he llegado al convencimiento de que la gente no se divide, entre ricos y pobres, negros o blancos, derechas o izquierdas, hombre y mujeres, viejos y jóvenes, moros y cristianos.
No. En lo que se divide de verdad la humanidad es entre buena y mala gente. Entre las personas que son capaces de ponerse en el lugar de los otros y sufrir con ellos, y los hijos de puta que solo buscan su propio beneficio, que solo saben mirarse la barriga. Esos son capaces de vender a su madre, ya me entiendes.
Luego, entre los buenos, algunos son buenísimos, y entre los malos, algunos son malísimos.