El peligro de estar cuerda

Es interesante saber el método que utilizaron a la hora de abandonar esta vida, porque la forma de morir es un mensaje.

La vida también es un patio sórdido tapado por una malla sucia y rota.

Creo que todos nos relacionamos con la creatividad a través de cierta patología, como me parece que ya he dejado claro en este libro.

Escribir es un milagro poderoso que, paradójicamente, nace de la impotencia, y que permite a quien está preso de sí mismo (de su cabeza fallida, de su neurosis, de un mundo irreal) construirse una existencia lo suficientemente válida.

Creo que casi todos los novelistas tenemos la intuición, la sospecha o incluso la certidumbre de que, si no escribiéramos, nos volveríamos locos, o nos descoseríamos, nos desmoronaríamos, se haría ingobernable la multitud que nos habita. Sin duda sería una existencia mucho peor. O quizá incluso ni llegara a ser una existencia.

Apaga la cabeza cuando te abraces a alguien.

Hay una tormenta perfecta detrás de cada libro, de cada escultura, de cada cuadro y cada canción.

Las novelas son una pequeña isla de significado en el mar del desorden.

Escribir es jugar con un juguete enorme.

Es que también los locos (supongo que ellos más) están muertos de miedo ante la locura.