Cada vez que Pablo Rivero saca una nueva novela me crea una necesidad imperiosa de leerla. Sé que no me va a decepcionar. Como lectora habitual de este género admiro mucho su capacidad de darle la vuelta a todo y, aunque mis libros favoritos siguen siendo "Las niñas que soñaban con ser vistas" y La cría", este no se queda para nada atrás y ha conseguido volver a sorprenderme al final. El ritmo de lectura es variante, pero eso ya es parte de la manera de escribir de Pablo, a excepción de "Penitencia", que sí que tiene un ritmo más constante. |