donde la alegría y la pena son gemelas
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donde la alegría y la pena son gemelas
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Yo trato a Platero cual si fuese un niño. Si el camino se torna fragoso y le peso un poco, me bajo para aliviarlo. Lo beso, lo engaño, lo hago rabiar... Él comprende bien que lo quiero, y no me guarda rencor. Es tan igual á mí, que he llegado á creer que sueña mis propios sueños.
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“Y el alma,Platero,se siente reina verdadera de lo que posee por virtud de su sentimiento, del cuerpo grande o sano de la naturaleza que, respetado, da a quien lo merece el espectáculo sumiso de su hermosura resplandeciente y eterna."
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Encontré a Platero echado en su cama de paja, blandos los ojos y tristes, fui a él, lo acaricié hablándole, y quise que se levantara... El pobre se removió todo bruscamente, y dejó una mano arrodillada...No podía...Entonces le tendí su mano en el suelo, lo acaricié de nuevo con ternura, y mandé venir a su médico. El viejo Darbón, así que lo hubo visto, sumió la enorme boca desdentada hasta la nuca y meció sobre el pecho la cabeza congestionada, igual que un péndulo. -Nada bueno ¿Eh? No sé qué contestó...Que el infeliz se iba...Nada...Que un dolor...Que no sé qué raíz mala...La tierra, entre la yerba...A mediodía, Platero estaba muerto. |
Encontré a Platero echado en su cama de paja, blandos los ojos y tristes. Fui a él, lo acaricié hablándole y quise que se levantara... El pobre se removió... No podía...
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Una cita de la obra platero y yo ( en cursiva pero no sé ponerla) es: "Si tú vinieras, Platero, con los demás niños, a la miga, aprenderías el a, b, c, y escribirías palotes. Sabrías tanto como el burro de las Figuras de cera - el amigo de la Sirenita del Mar, que te aparece coronado de flores de trapo, por el cristal que muestra a ella, rosa toda, carne y oro, en su verde elemento - ; más que el médico y el cura de Palos, Platero. " |
Platero es un burro pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos.
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Esta flor vivirá pocos días, Platero, aunque su recuerdo podrá ser eterno. Será su vivir como un día de tu primavera, como una primavera de mi vida...
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¡Qué encanto este de las imaginaciones de la niñez, Platero, que yo no sé si tú tienes o has tenido! Todo va y viene, en trueques deleitosos; se mira todo y no se ve, más que como estampa momentánea de la fantasía.
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Ahora tendremos otro amigo: el libro nuevo, escogido y noble. Y el campo todo se nos mostrará abierto, ante el libro abierto, propicio en su desnudez al infinito y sostenido pensamiento solitario.
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Marinero en tierra