“No somos flores que haya que arrancar y proteger. Somos flores que florecen con el mal”
|
“No somos flores que haya que arrancar y proteger. Somos flores que florecen con el mal”
|
Porque ninguno de nosotros tiene derecho alguno a mirar por encima del hombro los pecados de los demás.
|
Hay muchachos de cincuenta años y hombres de quince. Todo depende de lo que hagan, no de la edad que tengan.
|
—Hay dos tipos de flores en lo que respecta a las mujeres —dijo Eve—. La que se queda a salvo en un bonito jarrón o la que sobrevive en cualquier circunstancia..., incluso en la más malvada. Lili era de estas últimas. ¿De qué tipo eres tú?
|
—Lili —continuó Eve con una sonrisa—. Louise de Bettignes, Alice Dubois. ¿Quién sabe qué otros nombres tendría? Siempre será Lili para mí. La mejor amiga que haya podido tener nadie.
|
¿Sabes por qué ninguno de nosotros juzga a nadie? —Choqué mi hombro contra el suyo hasta que por fin me miró —. Porque ninguno de nosotros tiene derecho alguno a mirar por encima del hombro los pecados de los demás.
|
Éramos como actores que no se han dado cuenta de que su escena ha terminado. La vida debería parecerse más a las obras de teatro. Las entradas y los mutis deberían ser mucho más claras.
|
Los buenos nunca sobreviven. Mueren en zanjas y ante pelotones de fusilamiento o en diminutos catres de prisión por pecados que nunca cometieron. Siempre mueren.
|
Mentía y lanzaba evasivas con la misma facilidad con que respiraba. Era lo que había hecho toda su vida. Mentir, mentir, mentir. Con un rostro dulce. Eve no podía recordar la última vez que había sido completamente sincera con nadie. La mentira era más fácil que la dura y turbulenta verdad.
|
La poesía es como la pasión. No solo debe ser bonita. Tiene que abrumar y herir.
|
Cuantos años se lleva Ron con Fred y George?