Tu voz ha tiempo como un eco en mi alma hondo resonaba. ¡No fue un sueño! El corazón me dió un vuelco cuando entraste |
Tu voz ha tiempo como un eco en mi alma hondo resonaba. ¡No fue un sueño! El corazón me dió un vuelco cuando entraste |
La voluntad divina quiso que yo a ti perteneciera hasta la tumba; fue mi vida preludio del encuentro nuestro; tú eres mi guardián, enviado a mí por Dios |
Y el amante enceguecido, dejaba que le engañaran, buscando efímeros deleites |
Mujeres hay inaccesibles y gélidas como el invierno, insobornables e implacables; ellas no inspiran el amor, sino, al contrario, lo espantan |
La fantasía del lord Byron ha hecho ingeniosamente del egoísmo impenitente un lúgubre romanticismo |
La juventud es impulsiva y nada oculta, proclamando de buen talante su alegría, su amor, su odio, su tristeza y pena a los cuatro vientos |
Estúpido sería desvanecer sus ilusiones; vendrá un día en que él mismo se desengañará; que viva creyendo aún que nuestro mundo perfecto es; le perdonamos este delirio juvenil |
Muy de temprano el sincero amor al bien, la indignación e inmensas ansias de gloria le hicieron ya hervir la sangre |
Aquel que vive razonando termina por sentir desprecio en su alma hacia los humanos |
Amigos, no merecen ellas nuestras pasiones y cantares que nos inspira su belleza. Sus atractivos hechiceros son engañosos... cual sus piernas |
Marinero en tierra