La abuela

El amor es como un gato: abre los brazos cuando te escoja porque intentar atraparlo es inútil.

Lo mejor que nos puede pasar al cambiar de amor es encontrar algo completamente distinto.

Para escribir hay que cerrar los ojos.

No conseguía superar la pérdida, las noches duraban calendarios enteros y luchaba contra el recuerdo con ese famoso nudo en el pecho que lleva quien se queda sin respuestas.

La memoria tendría que ser como un posit, que se pone y se quita según las circunstancias.

Si deciden por ti te equivocas dos veces.

Por lo que no puedo hacer que mi abuela viva para siempre pero puedo escribir un libro que no muera nunca.

De hecho, adoro la belleza de las cosas tristes pero me declaro terriblemente en contra de aquello que debería ser feliz y no lo es.

“Pero madre también es un castigo a tiempo. Y quién desatornilla los ruedines, quien coloca las manos sobre tu espalda para que llegues a cualquier parte, o sobre tus ojos cuando un suicida cruje contra el suelo. Una madre te salva del mundo al mismo tiempo que te lo presenta; lava tu pelo, se ríe de tus miedos u decide envejecer mientras tú estás creciendo. “

“Madre son las cinco letras de , un plato caliente en enero, unos pantalones nuevos cuando el asfalto deshace tus rodillas, un beso en la frente para saber la verdad; madre es el algodón que abraza la lenteja en el vaso que hay junto a la ventana. “