Tanto amor para nada. Una atracción irresistible con más de un millón y medio de lectoras.

Una vez más, Newton Compton Editores nos trae una novela divertida, adictiva, romántica y sana, que yo he devorado en apenas un par de días.

Tanto amor para nada nos cuenta la historia de Violeta, una abogada amante del trabajo y cansada de los hombres que llena su armario de trajes de chaqueta, sale de casa a cara lavada y opta por la comodidad del pelo corto. Por cuestiones laborales se encuentra con Lorenzo, nuestro protagonista masculino, que, además de ser un empresario guapo y atlético, acostumbra a acaparar la atención de las mujeres.

A priori no tienen nada en común, pero un viaje de trabajo y unas cuantas copas de vino de más conseguirán romper el hielo que existe entre ellos despertando la curiosidad de ambos por el otro así como las ganas de Violeta por salir de su zona de confort y las de Lorenzo por ver como lo hace y formar parte de ello.

Una de las cosas que mas me han gustado ha sido la forma en la que la autora ha conseguido que empatice con los protagonistas, sobre todo con Violeta. Pero lo que más me ha gustado es el mensaje claro y conciso que nos deja esta novela: las apariencias engañan.

Además la pluma de la autora es sencilla y ágil haciendo que la lectura sea amena y ligera. Los diálogos son otro punto fuerte de este libro, sobre todo cuando interviene la señora Fumagalli. Una señora mayor y muy sabia con muy buena mano para los cocteles.

En cuanto a la estructura, tenemos veinticuatro capítulos escritos en presente y primera persona, que van alternando el punto de vista de Lorenzo y el de Violeta, y el epílogo seis meses después. Además, al principio tenemos la lista de Violeta que ya nos da una idea de lo que nos vamos a encontrar.

Resumiendo, Tanto amor para nada es una novela de amor sano y a fuego lento que recomiendo sin ningún lugar a dudas.

Violeta es una abogada tenaz y decidida, pero como tiene que sobrevivir en un entorno de hombres ella misma se ha autoimpuesto mimetizarse entre ellos, por eso viste de forma digamos «poco femenina» y el trabajo se lleva el 90 % de su tiempo, por lo que los hombres están en el último escalón de sus prioridades.

Lorenzo Vailati es un seductor nato, consigue todo lo que se propone; pero por negocios descubrirá que no todas las mujeres caen rendidas a sus pies. El encontronazo con Violeta le deja claro que ella le odia.

El trabajo también hará que tengan que llevar juntos una adquisición y no queda más remedio que conocerse mejor.

Lorenzo conseguirá que Violeta se replantee su forma de ver la vida y que cree una lista de «cosas por hacer» para perder todas sus inseguridades —que son muchas—; lo que resulta incomprensible para ella es que su archienemigo esté presente cada vez que va a realizar algún punto de la lista.

¿Cómo sabe él qué tiene pensado hacer? ¿Qué gana él acompañándola?

¿Recomendamos?

Me ha gustado cómo evoluciona Lorenzo, cómo se da cuenta de que el físico pasa a un lugar secundario cuando encuentras a la persona que te llena por dentro; casi que le considero a él más protagonista que a Violeta.

Los capítulos son narrados en primera persona por ambos lo que hace que tengas presentes todos sus miedos e inseguridades.

💞Mención especial para la señora Fumagalli, me encanta su forma de ver la vida a sus ochenta y tantos.

Me ha quedado la sensación de que hay una historia anterior de Elena y Edoardo que me encantaría leer, ¿alguien sabe algo? 🤔

En resumen, me ha encantado cómo ambos van superando sus barreras y aceptan que puedes cambiar la primera impresión que tienes de alguien cuando pasas tiempo con esa persona.

Violeta Brunello está cansada de los hombres que se aprovechan de las mujeres inteligentes y de ser guapos para conseguir sus fines. Es una abogada de éxito que se vuelca 100% en su trabajo pero un día aparece en su vida un nuevo socio de empresa llamado Lorenzo Vailati que es todo lo que ella odia, guapo, creido y que con una sonrisa consigue siempre lo que quiere de las mujeres.

Una noche loca, acaba escribiendo una lista de deseos donde salir de su zona de confort y eso hará que se lance a ponerse un vestido rojo, a ligar o a vivir aventuras que jamás se habría esperado. Y más con la compañía de su enemigo Lorenzo, con el que descubrirá que a veces las apariencias engañan y que el amor suele estar donde menos te lo esperas.

La verdad es que es un libro sencillo de leer, donde la protagonista está muy lejos de la típica guapa tonta. Ella es inteligente, viste como quiere, tiene el pelo corto y pasa de los estereotipos. Me ha encantado como defiende lo que ella quiere y como Lorenzo, aunque sea el guapo de turno, tiene mucho más dentro y está cansado de que le juzguen también.

Es una historia divertida, con muchos tiras y aflojas, con momentos románticos y bonitos, con aventuras que viven y es un libro ágil que puedes leer en el veranito. Unos protagonistas diferentes, con los que empatizas, con mensajes de quererse a uno mismo por encima de todo, con una escritura sencilla y con el que te entretendrás desde el principio.

Si su portada me atrajo, su contenido mucho más.
¿Y por qué digo esto?, porque no sólo me he encontrado con una historia de amor de dos personajes con una fuerza increíble en una comedia romántica con el cliché “enemies to lovers” sino con un mensaje de igualdad y superación de la que su protagonista en más de una ocasión, nos dará una lección.
Más de una frase hay que apuntarla en mayúscula.

Alternando capítulos contados por Violeta y otros por Lorenzo, hace que conozcamos mejor a los personajes, enamorándonos poco a poco más de ellos.
Su narrativa es muy amena y me ha arrancado más de una sonrisa.

Ha sido una historia que he disfrutado y que en dos ratitos en la playa he devorado.

Una historia romántica que os recomiendo entre lecturas más densas.