La hija de Cayetana

Y para qué cree usted que sirve un marido si no es para ser y no estar, amigo Hermogenes? Un buen marido es cómo esta sortija de diamantes, ¿Ve usted? Brilla y adorna muy lindamente, pero no impide el movimiento de ninguno de mis dedos.

Querida parece mentira que no lo sepa. En su soberbia, los poderosos llegan a creer que los demás somos tan ciegos y obtusos a la hora de ver los flagrantes errores que cometen como lo son ellos mismos

¿Y para qué cree usted que sirve un marido si no es para ser y no estar, amigo Hermogenes? Un buen marido es cómo esta sortija de diamantes, ¿Ve usted? Brilla y adorna muy lindamente, pero no impide el movimiento de ninguno de mis dedos.

Además, usted mismo lo dijo hace un rato, en ese pequeño mundo suyo no hay dolor, ni penas ni dueño y hasta lo imposible se hace posible. ¿Verdad, señor, verdad que sí…?

No desestimen ustedes el poder de la ilusión. Y menos aún el de la fiebre y el delirio revolucionario.

Porque, dígame usted, ¿Qué puede haber más gratificante que cambiar el futuro de otro ser humano, arrancarlo del mísero destino que la suerte le deparaba, convertirnos en un ser ilustrado, con dotes para la música, para las lenguas, para el baile?

No entiendo porque siempre tienes que pensar lo peor. Juzgas demasiado duramente a las personas, a todas, incluso a ti misma

Quién nace esclavo nace también con la paciencia de conjurar suspicacias y las caras de desdén, las burlas y el desprecio de los que le gritan o ríen haciendo gestos simiescos a su paso

Todo el mundo sabe que es un término que sólo se usa en astronomía y se aplica únicamente al movimiento de los planetas en el espacio, nada más

¿De qué servía curarle el cuerpo si tenía el corazón enfermo?