—Todavía tienes demasiada fe en las personas. — Theo hizo una mueca desagradable—. No llevas aquí ni un mes y has olvidado quién es el malo de tu cuento de hadas.
|
—Todavía tienes demasiada fe en las personas. — Theo hizo una mueca desagradable—. No llevas aquí ni un mes y has olvidado quién es el malo de tu cuento de hadas.
|
«Amable.» Una mierda de palabra. Él apenas la usaba. No tenía peso moral. No hacía falta ser valiente para ser amable. Ser amable no exigía sacrificios ni firmeza de carácter. Ojalá lo único que tuviera que hacer fuera ser amable...
|
Era tal como había sido cuando tenía quince años. Se comportaba como si fuera un amigo, se ganaba su confianza y después se convertía en un monstruo.
|
Un invierno riguroso. Una isla solitaria cerca de la costa de Maine. Un hombre. Una mujer. Una misteriosa casa que se asoma al mar… |
Gregorio Samsa es un ...