Fui amada por un Ángel que me enseñó que somos libros, somos historias, somos páginas que merecen ser leídas, devoradas, comprendidas.
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Fui amada por un Ángel que me enseñó que somos libros, somos historias, somos páginas que merecen ser leídas, devoradas, comprendidas.
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Somos en esencia masoquistas. No queremos—podemos—soltar aquello que nos hace daño. Inconscientemente nos gusta revolcarnos en nuestra miseria.
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Sabe, escuché por ahí que cuando alguien nos dedica su tiempo, nos está regalando lo único que no recuperará jamás.
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—Espera, espera -arrastro las palabras- ¿Ese no es tu demonio? —¿De que demonio estás habl...? -mire el punto que Jerónimo señalaba. |
—¿Yo no soy así? No deberías dejarte llevar por mi nombre, no soy un ángel.
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Mi padre estaba de viaje de negocios, no pudo presenciar mi gran paso. No dolió, algunas cosas ya no dolían.
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El tiempo pone callos donde antes había llagas.
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—No te alejes. —No me alejes -corregí. |
Mensaje de Jerónimo: "¿Mañana es sábado, sabías? Saca al demonio de tu corazón, antes de que lo oscurezca"
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—Los recuerdos son parte de quienes fuimos y de quienes somos.
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¿Cómo se llama el presentador de Los Juegos del Hambre?