El Detonante

—Eres tú —susurra, jugando con la comisura de mi boca—. Eres la prueba de que, a veces, el universo sí conspira a tu favor

No hicimos nada más que juntar nuestros pedazos rotos. Piel con piel. Solo sentir la presencia del otro. Solo amor y promesas dulces. Solo su cabeza descansando sobre mi pecho. Minutos, horas, días, hasta que vuelva a sonreír.

Es una guerra por determinar qué fuego arde más fuerte, y la bandera de la paz no existe.

La verdad puede ser ácida e implacables, pero la mentira dulce solo te hará sangrar.

Es como si te arrancaran el corazón en vida -dice, apretanto la mandíbula-. Sientes cómo te abren el pecho y aprietan hasta que dejas de respirar. De sentir.

Soy una extraña en mi propio cuerpo. Soy el vacío en mi cabeza.

Por ahora, él y estas paredes son mi historia.

Se perfectamente que él, sus brazos y el fuego son las únicas piezas que encajan en mi rompecabezas.