Como una novela

Ahora ya era "mayor", podía leer solo, caminar solo por el territorio de los signos.

Por inhibida que sea, cualquier lectura está presidida por el placer de leer; y por su misma naturaleza, el placer de leer no teme a la imagen, ni siquiera a la televisiva, aun cuando se presente bajo la avalancha diaria.

Más de una vez intentamos convertir el precio que él daba a la historia en moneda de cambio.

Menor o no, una preocupación heredada de un placer es algo que hay que vigilar de cerca. No lo hicimos.

Nuestros hijos son también hijos e hijas de su época mientras que nosotros sólo éramos hijos de nuestros padres.

La lectura es un acto de creación permanente.

Qué pedagogos éramos cuando no estábamos preocupados por la pedagogía !

¡ Gran placer del lector, este silencio de después de la lectura!

Así descubrió la paradójica virtud de la lectura que consiste en abstraernos del mundo para encontrarle un sentido.

él el lector, ¡ oh, qué pillo ! , y nosotros el libro, ¡ oh, qué cómplice !