Las circunstancias de la vida personal en las que se lee un libro pueden producir efectos negativos en la percepción de la lectura y, aunque en unas circunstancias óptimas no se hubiese llevado tampoco una puntuación mayor, es que ahora miro el libro y me produce cierta aversión jajaja. Lo leí en unos días que estaba mala y, para rizar el rizo, después volví a ponerme mala, así que es mirar este libro incluso por las redes sociales y me llega en oleadas la sensación de malestar que tuve cuando lo estaba leyendo. Así que... en fin, muy objetiva no podrá ser esta reseña, pero se hará lo que se pueda.
Bree y Nathan son mejores amigos desde hace años. Antes de iniciar la universidad, con un parón durante esa etapa, y volviendo a lo que les unía cuando coincidieron de nuevo en la misma ciudad. Pero los dos no quieren ser amigos del otro, quieren mucho más porque llevan pilladísimos desde hace demasiado tiempo, ¿el problema? Que el otro desconoce esos sentimientos mutuos y, obviamente, no van a comunicarse entre ellos porque ¿qué pasa si la amistad se rompe y no vuelve a ser la misma? Pues con comunicación no pasaría nada, ¡es que encima tienen multitud de ocasiones para soltar lo que sienten! Pero no, claro que no van a decirlo hasta que el lector se canse de los rodeos de ambos, porque sino, no habría libro y pues así pierde la gracia.
Tiene clichés que me gustan mucho como el friends to lovers y el fake dating (especialmente este último), pero nacen de una premisa tan coja que no he podido ni disfrutarlos. al principio es gracioso verles evadir temas, caminar de puntillas metafóricas cada vez que se miran de otra manera, cuando algún roce casual produce unos latidos más rápidos o... yo qué sé, cuando saltan unas chispas súmamente evidentes entre ambos que podrían contarse que están jodidamente enamorados el uno por el otro; pero llega un punto en el que se vuelve cansino. No puedo con la falta de comunicación en los libros (bueno, y en la vida en general, pero eso es otro tema que no viene al cuento), entiendo que dé miedo enfrentarse a unos sentimientos que pueden no ser correspondidos y que pueden concluir en unas grietas dentro de una amistad, pero es que aquí los sentimientos que se profesan el uno por el otro son muuuuy evidentes, es de cajón ver que se están mintiendo el uno al otro con cada "amigo" y que, sin decirlo oficialmente, ya están sufriendo con esa amistad que ambos desearían que se convirtiese en romance.
NO SOPORTO LA FALTA DE COMUNICACIÓN. Y no, no me parece un cliché o algo que suele meterse porque es lo que pasa en la vida. En la vida eso también resulta frustrante y lleva al caos y la destrucción, se rompen más amistades (o la relación de turno que sea) por falta de comunicación que por decir las cosas con tacto y soltarlo. Ya lo he dicho.
La trama gira constantemente alrededor de lo mismo, de ambos con chispas a su alrededor, supuestamente fingidas para un público, pero que arden de verdad hasta ser jodidas cenizas renqueantes que desean ser comunicadas.
Bree es graciosa. O a veces lo intenta. al principio me encantó ese sentido del humor tan absurdo, las bromas que va soltando y los comentarios que dan el toque de comedia al romance, luego también se me convirtieron en cansinos, ya no sé si porque lo asocio a que estaba resfriada, a que la relación entre los protagonistas me desquiciaba o a que realmente su forma de ser comenzaba a resultar absurda realmente.
El desenlace no puede ser más previsible y estaría bien si no le hubiesen dado una atmósfera de película de Disney. Todo resulta súmamente adecuado y precipitado porque es lo que hay. le encaja mucho a la historia, no lo voy a negar porque estos personajes no podían ser más empalagosos y tener un final distinto, pero... como lectora me ha hecho poner los ojos en blanco del hastío.
En fin, ha sido entretenido y divertido, considero que va de más a menos y que dar constantes vueltas sobre lo mismo no le ha dado un buen resultado a la historia, pero... en fin, para pasar un par de días entretenidos no está mal, cumple con su cometido.
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