Y esconderé a la doncella en un ciprés, cuando la pisada de la muerte esté cerca.
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Y esconderé a la doncella en un ciprés, cuando la pisada de la muerte esté cerca.
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Kya no recordaba cómo se rezaba. ¿Lo importante era cómo poner las manos o lo fuerte que cerrabas los ojos? -Puede que mamá y Jodie vuelvan a casa si rezo. Incluso con los gritos y las peleas, esa vida era mejor que estas gachas apelotonadas. […] Kya miró entre los árboles al maíz de mamá del huerto de nabos, ahora lleno de malas hierbas. No había ninguna rosa. -Olvídalo. Ningún dios pasará por aquí. |
10 negritos