El susurro del ángel

Y es ahí, en ese momento justo, cuando entiendo que el amor no es entregar tu corazón a alguien y quedarte vacío, sino querer que ambos palpiten en el mismo lugar.

Y hoy, en la orilla de la playa, he comprendido que la vida es eso, momentos, coleccionar momentos. Ni objetos ni fiestas ni ropa. Solo quiero coleccionar recuerdos a tu lado y no quiero perder ni un minuto más sin dejarte claro que estoy enamorado de ti, Eva. Desde hoy hasta el último de mis días, Eva.

Porque una madre es una madre.