Rumbo a ti

—«Perdonar es de valientes»

Resulta que pedir el alta voluntaria es la forma más rápida de conseguir que te vea un médico en urgencias. Una muchacha exhausta me hace firmar que asumo toda la responsabilidad si me desmayo ahora mismo como consecuencia de ello.

Pero eso es lo que tiene el estar a punto de hacer algo: puedes estar convencida al 99 por ciento, a un tris de hacerlo, pero si te detienes antes de cruzar la línea nadie sabrá nunca lo cerca que has estado de ella.

Cuando Addie toma una decisión…, tomada está. No hay vuelta atrás.

—La poesía no es… No es un trabajo.

Para ser fiel a uno mismo, antes hay que tener un ego al que dar forma.

Pero el pánico no parece saberlo. El pánico solo sabe que el futuro es abrumador y terrible, porque, inexorablemente, haga lo que haga, voy a fracasar.

Entregar tu corazón da miedo, pero es factible si la otra persona hace lo mismo de forma simultánea, como dos soldados bajando las armas.

—«Mi verdadero amor es poseedor de mi corazón y mío es el de él. Por intercambio justo uno a otro dado. Yo poseo su cariño y el mío él no lo puede perder. Nunca hubo un trato mejor acordado».

Me vas a romper el corazón, Dylan Abbott. Lo presiento.