Esme contempla las rocas afiladas. Las mira fijamente hasta que empiezan a perder su grosor, hasta que empiezan a parecer extrañas, insustanciales. Como cuando se repite mucho una palabra y al final se convierte en un sonido indistinto.
|
Esme contempla las rocas afiladas. Las mira fijamente hasta que empiezan a perder su grosor, hasta que empiezan a parecer extrañas, insustanciales. Como cuando se repite mucho una palabra y al final se convierte en un sonido indistinto.
|
¿Quién escribió «Agnes Grey»?