Casas vacías

¿Por qué siento tanto y por qué los demás no? ¿Qué los hace especiales?, ¿qué partida de dados les han tocado para tener una vida normal?

No siempre se odia. No todo el tiempo dan ganas de llorar. [...] Así como una mañana puedes creer que todo puede ir mejor, otras mañanas no. Se pierde la esperanza y se vive con una pesadez estomacal que nada tiene que ver con la digestión [...] No siempre se odia. No todo el tiempo dan ganas de llorar, incluso hay ocasiones en las que sonríes sin darte cuenta [...] Odias reír a pesar de ti.

Que se acabara todo de una vez y para siempre. Que hubiera un terremoto, una bomba, una guerra, una pistola, unos insurrectos rencorosos, una araña venenosa, un edificio de veinte pisos, una valentía. Nunca he sido valiente, por eso sigo viva.

Ella sabía que todo en el fondo era un secreto, especialmente el hecho de que en el fondo nos odiábamos mutuamente.

Llegué a sentir respeto por las personas que son capaces de hablar y de contar sus emociones. De compartir, de empatizar. Yo sentía que tenía algo atorado entre los pulmones, la tráquea, las cuerdas bucales. Me dolía querer hablar, como cuando una mano te asfixia.

No merezco respirar. Respiro. Mi condena es respirar.

¿Qué clase de bondad hay en quien exige amor dando amor? Ninguna

¿Qué es un desaparecido?
Es un fantasma que te persigue como si fueras parte de una esquizofrenia.