El viaje de Cilka

Eso es lo que tienen en común: un sentimiento de pérdida insondable.

Ninguna vida es insignificante.

Me voy, pero estaré pensando en ti.

Cuando te lo arrebatan todo de la noche a la mañana, nadie sabe cómo va a reaccionar.

¿Cuántas veces puede ser reducida y borrada una persona?

No sé que decirte aparte de que sigas viviendo. Despierta cada mañana y respira...

Otro número. Cilka se frota el brazo izquierdo inconscientemente: oculta bajo la ropa está su identidad del otro lugar. ¿Cuántas veces puede ser reducida y borrada una persona?

Pero lo cierto es que quienes no lo han vivido no pueden ni imaginarse lo que es

Sólo cuando la sacan de la prisión y la suben a empujones a un camión descubre que el invierno ha pasado, que la primavera no ha existido siquiera y que ya ha llegado el verano. Aunque el calor del sol es como un bálsamo para su cuerpo helado, ese cuerpo todavía vivo, su resplandor le hace daño a los ojos. Antes de que haya podido adaptarse del todo, el camión se detiene de golpe. Y ahí mismo, delante de ella, hay otro vagón de tren, otro tren de ganado pintado de rojo.

Sobre mí pesa una maldición. Todo el que está conmigo muere o desaparece. Nadie está a salvo a mi lado