Cualquier día, una universidad Lucas no es un chico normal, aunque ¿qué es normal? Él es feliz con su vida, encerrado en sus estudios, sus videojuegos y su cuaderno de bocetos; no necesita nada más. Es cierto que tiene pocos amigos, es cierto que no sale de fiesta, pero es que no lo necesita. Hasta que aparece Somonime, una gata… extraterrestre que pone su mundo patas arriba. De este modo, con un pequeño accidente, Somonime se cae de un árbol y es rescatada por Lucas, comienza una novela de ciencia ficción cuyo tema principal irá fluctuando a medida que el protagonista avance en la trama. La misión de la extraterrestre es salvar a la Tierra de su propia destrucción climática, para ello tendrá que cumplir su misión y, para poder hacerlo después de su accidente, necesita a Lucas. Así el protagonista comienza a investigar los símbolos, que en nuestro planeta ha ido dejando esta especie alienígena y que le llevarán a recorrer Madrid de una manera distinta. Sin embargo, a esta trama de investigación se le añade también cierto toque de aventuras, la sinergia entre los personajes, el aprendizaje del protagonista y el cambio en sus valores enriquecerá aún más la obra. Personalidades emergentes Otra de las cosas que cabe destacar, más allá de cómo la historia evoluciona, que los hace con ritmo y a buen paso, es cómo los personajes pasan de una personalidad más o menos cerrada, o mejor dicho, muy definida, a una ampliación de la misma con millones de matices. Lucas, como comentábamos más arriba, es un chico taciturno, encerrado en sí mismo y que vive feliz con unos parámetros que no son del todo típicos. Su inteligencia y sus padres le han hecho encerrarse en su pasión por el dibujo y en cumplir con todo lo demás. Por su parte, Somonime se muestra como un ser altivo, superior y condenado a tener que sufrir la ayuda de un humano. al final estos seres a los que salvar, no dejan de ser receptores de la misericordia de su pueblo. Con este tándem la historia evolucionará con toques de humor, situaciones complicadas y, sobre todo, sentimientos. Sí, aunque ambos protagonistas parezcan ajenos a ellos, al final la autora sabe que la clave está ahí. Tensión y ambientación Otra de las cosas que me ha gustado, ha sido la ambientación. No porque esta sea en Madrid, sino porque la autora ha sabido jugar muy bien con el espacio y la tensión, y casi diría más, ha sabido jugar con el significado del espacio y el fragmento de trama que se sucede en él. Los túneles de metro, el Retiro, Ciudad Universitaria, etc. son los lugares elegidos para el desarrollo de la trama. A medida que esta avanza, estos lugares adquieren más significación comienzan a desaparecer. Así, la tensión de la obra aumenta y la del personaje y el lector también. Esa manera de ir desquiciándonos, de darnos a entender que hay una persecución existente contra el protagonista, hace que todos elementos que encontremos en los escenarios sean sospechosos. de este modo, el lector comienza a justificar cierto grado de «locura» y tensión en Lucas que eclosionará al final de la obra. Sosiego mental Como veis, la novela me ha ido gustando porque tiene buen ritmo, la historia es muy curiosa y los personajes se desarrollan bien. Sin embargo, hay una cosilla que me ha dejado un poco inquieta, por decirlo de alguna manera. El final, sin hacer spoiler, me ha dejado triste. No es que pase nada malo, no queda un final abierto ni si quiera queda sin explicar… Lo que sucede a este final es que da mucha agencia al lector en su interpretación. Y no me entendáis mal, eso es estupendo, siempre y cuando el lector tenga los criterios desde la novela y, bajo mi punto de vista, este no es el caso de Somonime. En esta obra cada lector puede defender un final distinto y tendrá toda la razón en su defensa. En mi caso, cualquiera de los finales que pienso me entristece bastante y quizá por eso me dé rabia que la autora me haya dejado a mí el criterio. No obstante, no entendáis esto como una crítica o punto negativo del libro, es simplemente algo que a mí me ha dejado insatisfecha, después de una historia que casi literalmente he devorado. De todos modos, como os decía, os recomiendo mucho la obra. Su extensión está muy bien, la trama avanza sin prisa, pero sin pausa, y los personajes, como ya he dicho más arriba, están muy bien construidos. Además, el estilo de Silvia es muy ágil y directo, tiene sus toques de humor y sabe manejar el drama. Espero que os animéis con la obra y la disfrutéis mucho. Enlace: https://ellibroenelbolsillo... + Leer más |