Fidelidad

Desde hace un tiempo había visto la última novela de Marco Missiroli, y gracias a la última edición de #MasaCrítica de @babelioespanol he podido, al fin, conocer la historia de Carlo y Margherita, una pareja joven y bienavenida que vive en Milan. Aparentemente lo tienen todo para ser felices, pero Missiroli va desgranando de una manera muy reflexiva su relación, sus dudas y todos los pensamientos que no se atreven a compartir el uno con el otro. Nos muestra como poco a poco se van instalando las dudas, y enfoca las relaciones de pareja desde un punto de vista muy interesante.
Aunque esta novela tiene todos los componentes para ser una gran historia, no he llegado a conectar con los personajes ni con lo que se nos muestra de ellos, y esto ha hecho que me quede con la sensación de que le falta algo. No sé si será por la forma en la que está narrada la historia, no hay capítulos claramente definidos. El libro se divide en dos partes entre las que hay un salto temporal de 10 años y el autor va cambiando de un personaje a otro sin separaciones . En algunos momentos se me ha hecho bastante complicado discernir de quién estaba hablando en cada momento y para mi ha sido un contra a lo largo de todo el libro.
Aun así, he de decir que se trata de una lectura bastante fácil, con un carácter muy intimista que pone de manifiesto un tema tan cotidiano como tabú: la infidelidad y la forma tan personal de actuar de cada uno ante estas situaciones.
Quería dar las gracias a @babelioespanol por el ejemplar enviado.

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Para ser realistas, estamos ante una novela muy intimista basada en los detalles como columna vertebral de la historia y narrada desde la lejana mirada de un tercero que no se hace ver en el relato en ningún momento pero que parece saber todo lo que se cuece dentro.
Nos habla de un malentendido en toda regla, nuestros protagonistas, son una pareja de casados que se quieren y lo tienen todo. Pero por algo que pasó en el pasado no saben si pueden confiar plenamente el uno en el otro.
Carlo, el marido, fue sorprendido con una de sus alumnas en brazos. Hubo miles de interpretaciones pero él mantenía su cabeza fría, estaba tranquilo y aseguraba que no había pasado nada raro, y todo parecía tener una explicación coherente pero...siempre quedan las dudas. El libro te deja ver muy bien cuáles son los sentimientos de todos y te hace sentirte cómplice en muchas escenas y pensar...¿Vosotros que haríais si vuestra pareja, os es fiel, pero no para de fantasear con otra persona? Nunca han hecho nada, y probablemente no suceda, pero sabes que la desea. ¿Crees que eso es otro tipo de infidelidad? ¿Dejarías una relación por eso? Es una novela con una profundidad única y mucho trasfondo. Para leer con calma, sin ninguna prisa y con la mente muy abierta, por que no te va a dejar indiferente. Es muy bueno. Me ha encantado y el final insuperable.

Fidelidad es la historia de una pareja razonablemente feliz y enamorada.
Él es Carlo, hijo de una importante familia pero que no ha tenido muy claro cómo encauzar su actividad laboral. Porque él en apariencia quiere ser escritor, pero termina trabajando como profesor universitario gracias al enchufe de su familia y en una editorial trabajando sobre libros de viajes. Pero escribir, lo que se dice escribir…

Ella es Margherita y trabaja con su propia agencia de pisos, algo que no se le da nada mal. de hecho, gana más dinero que él.

¿Felices? Ella le pregunta si es feliz y él responde: “Creo que sí”.

Una pareja que siempre han sido fieles, pero que en el fondo tiene la tentación de dejar de serlo, algo con lo que están fantaseando. Ella con su fisioterapeuta. Él con una alumna. Hasta que surge lo que llaman el “malentendido”. Una palabra que sin duda recuerda a Irene Nemirovsky, la autora que Marguerita lee, pues es el título de su primera novela.
Su vida se convierte entonces en un sinvivir entre la fidelidad o la infidelidad. Un intento de justificar lo que no se atreven a llevar a cabo.


De entrada he de decir que Fidelidad es una novela con pocos personajes, pero muy bien construidos. Carlo Missiroli consigue que nos adentremos en sus mentes y en sus complejos mecanismos mentales, esos en los que la tentación y el deseo de autojustificación priman por encima de sus verdaderos principios.
Pero precisamente por mostrarnos unos personajes tan reales es por lo que no he conseguido empatizar con ninguno de ellos, salvo con la madre de Marguerita (que no deja de ser un personaje secundario).
El hecho de no conseguir empatizar con ninguno de ellos, de ver que son unos “falsos”, unos hipócritas en muchos casos (ni se salva él ni se salva ella), ha hecho que no me gustase la novela, que en ningún momento me sintiese a gusto en ella.
Es indudable que esto es una opinión personal y que cada cual tiene su pensamiento propio en torno a un tema controvertido pero muy poco hablado como es el de la fidelidad. Y en fidelidad, a pesar de su título, no he encontrado ningún argumento serio para defenderla. Sus protagonistas no es que quieran ser fieles, es que tienen miedo a perder su “felicidad” si el otro no lo encaja bien. O sea, que de fieles nada.

Lo dicho, precisamente por lo bien que están mostrados y escritos sus personajes, no he conseguido enganchar con esta novela ni que me gustase.
La valoración no obedece por tanto a su valor literario (de hecho esta novela está premiada), sino al hecho de que no he podido disfrutar con ella.
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Me gustan los paisajes literarios que ha pintado Marco Missiroli en este libro. Las calles de Milán bajo el sol de la mañana, la nostalgia del invierno en Rímini... Era este un viaje literario que me apetecía hacer. Esperaba encontrar una reflexión sobre la fidelidad dentro del matrimonio, sobre los límites que uno se impone o que le imponen los demás, pero no sé muy bien lo que he encontrado...

Fidelidad presenta la historia de Carlo y Margherita. A priori son un matrimonio bien avenido, pero la duda se instala entre la pareja cuando él, profesor universitario, es visto con una alumna en los lavabos de la universidad. No ha sido nada, ella solo se ha desmayado, yo la estaba ayudando... Pero la duda ya ha calado en Margherita y quizá sea ese el salvoconducto que ella utiliza para desatar sus propias fantasías. Digamos que la novela gira en torno a una cuestión interesante: ¿qué es mejor, ser infiel una vez y olvidarte luego de ello, o resistir a la tentación, no ser infiel, pero no ser capaz de quitarte a esa persona de la cabeza durante meses?

Y así el libro avanzaba sin que yo tuviera la sensación de que fuéramos a ningún sitio. La forma de narrar es rara, todas las escenas parecen recubiertas de una neblina gris, hasta los momentos de sexo parecen tener una pátina deprimente. Las referencias literarias y musicales son una constante a lo largo de la trama, pero no estoy segura de que aporten mucho: casi todas parecen metidas con calzador, como para demostrar la amplia cultura que tiene el autor.

Utiliza una técnica narrativa en la que salta de un personaje a otro sin división de capítulos. En ocasiones confunde un poco, muchas frases parecen terminar abruptamente. Lo malo es que este recurso literario deja una sensación que viene a sumarse al poso general de la novela: el de que es una historia rara, tanto por lo que cuenta como por cómo lo cuenta.

En definitiva, es un libro que trata un tema a priori muy interesante, que da para establecer buenas reflexiones, pero que me ha dejado bastante confusa y no muy convencida del resultado final. al menos he subrayado unas cuantas frases interesantes...

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