Al principio, yo le creé dotado de dos preciosas dádivas, la dicha y la inmortalidad: por su imprudencia perdió aquélla, no le serviría ésta sino para eternizar su dolor hasta que yo la muerte le enviara |
Al principio, yo le creé dotado de dos preciosas dádivas, la dicha y la inmortalidad: por su imprudencia perdió aquélla, no le serviría ésta sino para eternizar su dolor hasta que yo la muerte le enviara |
¿Quién habrá que en edades venideras, al sentir sobre él el mal legado por mí, no deteste mi memoria? "¡Maldito nuestro indigno antecesor! A Adán le debemos dar las gracias" |
¡Qué desgracia después de tanta dicha! ¿Es éste el fin de este glorioso Mundo y de mí, que hasta hace poco era la gloria de esa gloria? Maldecido me he vuelto ahora, antes tan bendito |
Encantos ciertamente poseía, y belleza para atraer tu amor, no para sojuzgarte, y sus dones eran buenos para ser gobernados, mas no para regir, la autoridad era atributo tuyo personal, de haberte conocido rectamente |
Mi voz has oído tú frecuentemente y nunca te ha causado susto alguno, más bien te ha alegrado; ¿qué sucede que ahora se ha vuelto tan espantosa? ¿Y quién te ha dicho a ti que vas desnudo? ¿Has comido del árbol prohibido? |
Tan pronto como la mala noticia de la Tierra llegó al portal del Cielo todos los que la oyeron se apenaron; la tristeza esta vez ensombreció los semblantes celestes, que, sin embargo, no turbaba su gloria |
En amar haces bien, no en apasionarte, pues pasión no es verdadero amor; los pensamientos el amor purifica y el corazón agranda, y se asienta en la razón, y es juicioso, es la escalera en que puedes lograr subir hasta el amor del Cielo |
Me abrió el lado izquierdo y tomó una costiq, impregnada de espíritus cordiales, goteando fresca sangre de vida; grande la herida fue, pero muy pronto la recubrió de carne y la curó. Con sus manos dio forma, moldeando la costilla; de su mano creadora surgía una criatura semejante a hombre, mas de distinto sexo |
El día en que tú comas de él (del árbol de la ciencia) quebrantando mi únic mandamiento, inevitablemente morirás; mortal desde ese día, perderás tu feliz condición , y desde entonces serás echado a un mundo de dolor y de miseria |
Dios, para apartar sus caminos de humano entendimiento, colocó el Cielo tan lejos de la Tierra, que la visión terrena, de intentarlo, erraría al tratar de aclarar cosas de tanto alcance |
Marinero en tierra