Las palabras que confiamos al viento

Reseñas:
Para reseñar este libro es necesario decir que en parte se centra en tsunami que azotó las costas de Japón el año 2011, más que en las víctimas en aquellas personas que perdieron a alguien en esa catástrofe, y través de ellas a todos los que han perdido un ser querido en alguna catástrofe natural, porque a estas personas en cuestión de horas e incluso minutos la vida les cambio para siempre. Ser sobreviviente muchas veces es una carga pesada con la que se debe aprender a vivir. El libro nos habla del duelo de estas personas a través de la historia de Yui, la protagonista de esta novela, pero no se detiene solo en su historia si no que abarca también la de otros personajes que han perdido a alguien en otras circunstancias motivos.
Como dice la sinopsis esta es una novela sobre el duelo, pero es un error pensar que es una novela que deprime, o que es una novela que sumerja en un fuerte sentimiento de tristeza.
Hay tristeza si, imposible no sentirla imposible también no evocar a los que hemos perdido, a los que ya no están, pero es esta también una novela de esperanza, de saber que la vida continúa y que la muerte no nos arrebata del todo a los que hemos amado.

Es también un libro que nos recuerda que la pérdida, el duelo no son el fin de la relación que hemos tenido con aquellos que ya no están, que de una u otra manera estás personas, su recuerdo puede seguir presente en nuestras vidas. En la novela es a través de un teléfono,teléfono que sirve como vínculo material y palpable con eso que llamamos el más allá.
Las palabras que confiamos al viento es un homenaje a la vida, a la vida que muchas veces es frágil, una vida en la que debemos seguir aunque muchas veces nos sintamos demasiado frágiles y abrumados, es también el recordatorio de que la muerte nos separa de aquellos que amamos, pero no nos los arrebata del todo.

He de reconocer que no estoy acostumbrada a un tipo de lectura tan emocional porque una tiene sus taritas, pero me ha gustado adentrarme en esta historia y saber un poco más sobre como influyó la catástrofe de 2011 en Japón que se llevó a 15.899 personas por delante.

En concreto, la autora nos habla sobre EL TELÉFONO DEL VIENTO, una cabina desconectada y situada en un parque de la localidad de Ōtsuchi. Se dice que esta cabina se instaló para que los familiares de las víctimas pudieran hablar simbólicamente con ellas para despedirse.

Estamos ante una historia que incide en el trauma, en la pérdida, en la superación y en la reconstrucción.

Además, lejos de ser una lectura tediosa y triste, es bastante asequible y amena de leer. La recomiendo.

” Uno sigue siendo padre hasta cuando los hijos no están”. ~ Las palabras que confiamos al viento de Laura Imai Messina.

Hoy os traigo uno de esos libros para los que adelanto reseña porque es un libro que ayuda y que poco pinta en la lista de pendientes, mejor está en la de leídos.

Las palabras que confiamos al viento se escribe a partir de un hecho real. Tras el tsunami que arrasó la costa japonesa el 11 de marzo de 2011, una mujer coloca en su jardín un teléfono para hablar con los muertos. Ese teléfono existe, si bien en el libro está novelado y nos cuenta la historia de Yui, una mujer de treinta años que perdió a su madre y a su hija en dicho tsunami. Un día escucha en la radio hablar del “Teléfono del viento” y emprende el viaje hasta él para ver si le sirve para aplacar su dolor y sobrellevar el duelo.

Fantástico. Me ha encantado. La primera parte de la historia es maravillosa. Se lee casi de un tirón y no he parado de apuntar frases, una tras otra (publicadas en citas). La segunda parte ya me ha resultado más floja pero, claro, es que la primera es top.

Un libro que nos pone los pies en el suelo y nos hace ser conscientes de lo efímera que es la vida, de su fragilidad pero, sobre todo, de la importancia del presente. Una historia que habla de duelo y de amor. Leedlo, os gustará.

Laura Imai Messina se dio a conocer por su novela "Tokyo Orizzontale", pero recibió una gran acogida internacional por "Las palabras que confiamos al viento" e incluso se va a llevar a la gran pantalla por parte de la productora Cattleya.

La prosa de Laura Imai Messina es muy delicada, a la altura de la historia que narra en "Las palabras que confiamos al viento". Su lectura es muy reflexiva y amena, de esas que se disfrutan leyendo despacio, relajada y paladeando cada palabra. Los capítulos son cortos y ágiles.

La historia de "Las palabras que confiamos al viento" me ha fascinado, todo un digno homenaje a las víctimas de tsunami del 11 de marzo de 2011. A la vez, esconde un mensaje precioso para hacer pensar al lector sobre la vida y la importancia de aprovecharla.

No conocía la existencia de Bell Gardia y me ha parecido fabulosa su idea, y realmente muy necesaria. Debería de existir un teléfono del viento en todas partes.

Seguramente el que más, el que menos, en alguna que otra situación de su día a día, tenga charlas consigo mismo. Sea por un motivo o por otro, necesitamos exteriorizar pensamientos o sentimientos, sobre todo si están relacionados por el duelo de haber perdido a alguien.

Es lo que le ocurre a nuestros protagonistas, Yui y Takeshi. Yui perdió a su madre y a su hija en el tsunami, Takeshi perdió a su mujer víctima de una enfermedad.

Ambos acuden a Bell Gardia cuando conocen su existencia, para buscar ese remanso de paz, de hablar con la otra persona como si aún nos pudiera contestar aunque, como descubriremos con Yui, esa paz no se encuentra solo en el teléfono.

En teléfono de "Las palabras que confiamos al viento" no solo sirve para hablar con las personas queridas que ya no están con nosotros. Por allí pasan personas de todo tipo y con necesidades diferentes, como el lector irá descubriendo a lo largo de la lectura con cada nuevo personaje. Bell Gardia sirve también para hablar con los vivos, para decirles esas cosas que no nos atrevemos y que necesitamos, ya que de esa manera se puede reunir el valor de hacerlo en un momento dado, pero también puede sentar bien exteriorizarlo. También con esas personas que tenemos al lado pero lejos a la vez, por diferentes motivos.

Hablar, simplemente el hecho de hablar sin necesidad de esperar una respuesta a cambio, permite que la mente avance, que se pueda sobrellevar ese duelo de una manera diferente y acaba siendo sanadora, permitiendo que nuevas oportunidades aparezcan en la vida y que de una manera u otra, en ocasiones se dejan pasar.

Todo ello y mucho más son las reflexiones que Laura Imai Messina invita a realizar al lector, permitiendo que las palabras vayan más allá del papel. La autora ha sabido expresar muy bien los sentimientos de cada personaje para hacer frente a la situación por la que están pasando.

"Las palabras que confiamos al viento" alterna capítulos narrativos con otros más cortos en los que la autora facilita detalles concretos e íntimos de los personajes. Esos capítulos permiten que el lector se pueda sentir más cerca de los personajes y permite que la historia pueda ser más real. Una canción favorita, el pasaje de un libro, la ropa que llevaban la madre e hija de Yui el día de tsunami o el dibujo que hizo Hana en su primer día de colegio, son algunos de los ejemplos que la autora incluye para dar realismo a "Las palabras que confiamos al viento". Ficción y no ficción se unen en esta historia dejando solamente una línea muy fina entre ambos, de tal manera que, en mi caso, tenía serias dudas en ocasiones de en qué lado de la balanza se sitúa la novela.

En resumen, "Las palabras que confiamos al viento" es una historia conmovedora que demuestra la importancia de las palabras, de los pequeños gestos, para marcar un antes y un después en la vida de una persona.
Enlace: https://anikaentrelibros.com..

🌸 Un inmenso jardín en las laderas del monte Kujira-yama, una cabina telefónica sin cable bautizada como Teléfono del Viento que tras el devastador tsunami de 2011, miles de personas acudían allí para comunicarse con sus seres queridos fallecidos.

🩷 Yui una joven locutora de radio perdió a su madre e hija en la catástrofe.
Su fragilidad dentro de sí misma la invadió de dolor y empujada por un último atisbo de esperanza decide acudir al Teléfono del Viento sin saber que su vida se cruzaría con la de Takeshi, un cirujano que perdió a su mujer de un tumor y cuya hija guarda silencio desde la muerte de su madre.

💞 Yui & Takeshi aprenderán juntos a sobrellevar el dolor, de conectar la dimensión del aquí con la del más allá y conocer a otras personas que se encuentran en la misma situación.
ELLOS junto al elenco de personajes nos brindan una gran lección de vida de cómo se puede con paciencia y esperanza abrirse a las muchas sumas que nos ofrece la vida.

✨️ La prosa de la autora es sumamente bella y luminosa, ésa forma de mostrarnos un lugar tan mágico como es Bell Gardia con ésa espiritualidad que desprende y ver como transforma a las personas consiguiendo formar una bonita comunidad.

♡ Para mí se ha convertido en una historia muy especial e inolvidable siendo un preciado haiku sobre el corazón humano.

Uno de los libros más hermosos que he leído recientemente y atesoraré con mucho cariño.

La cabina del teléfono del viento surgió a raíz del Tsunami que devastó algunas zonas de Japón, entre ellas Iwate. Dicha cabina se encuentra en la ladera de un monte donde hay un hermoso jardín conocido como Bell Gardia en donde los dolientes van a hablar con sus seres queridos que han fallecido.

Yui es locutora de radio y perdió a su madre y a su hija a raíz de éste tsunami y es gracias a un radio escucha que se entera de la existencia del teléfono del viento. Desde que ella escuchó ese mensaje no ha podido dejar de pensar en la cabina y en si un teléfono desconectado realmente puede ayudar a mitigar el dolor.

Es ese pensamiento y ese dolor el que la lleva a emprender un viaje camino a Bell Gardia y estando ahí se encontrará con muchos otros dolientes e irá observando los rituales de todos los que acuden a la cabina pero, por muchos años ella solo se limitará a eso, observar, pues no será capaz de decirle sus palabras al viento.

Las palabras que confiamos al viento es un libro que toca las fibras más sensibles de todo ser humano que haya perdido un ser querido pero también de aquellos que sufren por haber perdido la conexión emocional con un ser amado. Es un libro sumamente conmovedor y no solo porque se habla de la muerte y es que es tan bonito ver como el otro es tan respetuoso de tu dolor y te acompaña, te entiende y te sostiene aun cuando la perdida también sea parte de su vida.

Yui encontrará en sus visitas a Bell Gardia una nueva razón por la cual vivir y quizá el lector encuentre en la historia de Yui ese mensaje que por muchos años ha estado esperando…

Es una historia que fragua a fuego lento,muy emotiva. Capítulos cortos que hacen la historia menos pesada ya que la trama va lenta.
La ambientación es maravillosa y conocer que Bell Gardia existía de verdad hizo que me gustara más. Los personajes están presentados de tal manera que cuando acabas el libro los visualizas dentro del marco de una foto familiar.
Yui es una protagonista distinta, reservada y con una fortaleza excepcional. Takeshi y Yui emprenderán un camino para subsanar la vida.
La autora te lleva por la cultura japonesa y sus símbolos con mucha sensibilidad. Habla del duelo, de como soportar la ausencia, de segundas oportunidades y de los miedos del día a día.

Yui es una mujer que perdió a su madre y a su hija en un tsunami y en medio de su duelo descubre un lugar donde hay una cabina telefónica aun lado de un acantilado, donde las personas pueden ir para hablar con esos seres que ya no están, aquí es donde conoce a Takeshi un viudo a cargo de su hija, quien después de la muerte de su madre ha dejado de hablar, aquí ambos se van uniendo en medio de su dolor mientras vemos las historias desgarradoras de otras personas.
Si pudieras decirle algo aquella persona que ya no está aquí contigo, ¿Qué le dirías?, en lo personal creo que la historia fue muy hermosa, habla del duelo y el soltar, muchas veces nos quedamos con esa sensación de que pudimos hacer más o decir más y aquí simbólicamente te dan esa oportunidad de decir algo, aunque al final las palabras se la ira llevando el viento, esperando que llegan a aquella persona.

La novela de Laura Imai Messina es una historia bellamente escrita que fluye a través de la pérdida devastada, la desolación, la resiliencia, la esperanza y la promesa de un futuro con amor y paz. Una cabina telefónica que enriquece la esperanza, y ayuda con el duelo tras una catástrofe.

Una novela que muestra las angustiosas secuelas de un desastre natural, cómo acaban con la normalidad. La muerte repentina y desprevenida de seres queridos y la destrucción de la propiedad. Yui irradia un dolor reverente, que captura la sensación de pérdida. En medio del desamor y la ternura, intenta darle sentido a todo a través de un velo de dolor.

Yui trabaja en una estación de radio, y se entera que en una colina en Bell Gardia, hay una cabina telefónica que la gente visita para hablar con los difuntos. Las voces se las lleva el viento hacia sus seres queridos y, aunque Yui se siente atraída por la cabina telefónica, nunca entra. Conoce a Takeshi, un cirujano que recientemente perdió a su esposa, dejándolo con su madre y una hija de tres años, Hana, que ha dejado de hablar. Takeshi habla con su esposa por teléfono sobre la vida y los planes que él y su hija tienen.

Cada capítulo principal del libro está separado por capítulos intermedios concisos, que actúan como recuerdos fragmentados al azar. Un recibo por un marco, una descripción de un objeto, una lista de los diez recuerdos más vívidos de una persona o el título original de la imagen libro sobre el más allá que Yui le dio a Hana.

La manera de escribir de la autora me ha parecido sublime, parece deslizarse en las frases. El contexto emocional de la historia está dibujado con mucha delicadeza, y las interacciones entre los personajes son maravillosas, con un diálogo cauteloso y frágil.

Un libro que le habla suavemente al alma, y una historia de duelo que late con una serenidad deliciosa.

Tras una gran pérdida, llega el proceso de recomponerse, de descubrir la fortaleza escondida tras nuestra fragilidad, de recorrer un camino largo y doloroso,…
“Las palabras que confiamos al viento” hace todo eso desde el respeto, la sensibilidad y la importancia de los pequeños detalles. Una historia pausada, sin grandes acontecimientos porque esos ya se han dado previamente y repleta de