Si están trabajando o apunto de empezar a trabajar y la única oportunidad que se les presenta es la de ser un oficinista, entonces les recomiendo no leer este libro, pues el espíritu de Bartleby se encontrará en aquellos que perderán su pasión por la vida. A pesar de que Bartleby es el protagonista de esta obra, dentro de la misma aparece meramente como un personaje secundario, ya que la narración está hecha de manera intradiegética homodiegética del jefe de Bartleby, cuyo nombre desconocemos. Gracias a esto comprendemos que todo lo narrado son meros recuerdos de eventos acaecidos, es decir, todo es una analepsis. Y hasta aquí abordaré las características de la obra porque me urge hablar más de lo que me transmitió este pequeño, pero poderoso libro. Bartleby es uno de los personajes más desesperanzados que he leído. Sus actitudes son simplemente las de alguien que perdió toda esperanza de vida. No vemos como llegó a eso, pero sí vemos el resultado de una vida que ve uno de los lados más tristes de la vida. Bartleby es el resultado de la desesperanza de la humanidad, en el sentido que pudo ver lo cruel que puede llegar a ser la irrealización de milagros. Y debido a ello contagia a los demás. Cuando los otros deciden apartarse de él, Bartleby simplemente ya ni se inmuta, pues ha sido testigo de lo desoladora que puede llegar a ser la vida de la humanidad. Incluso este se refleja en su frase más icónica "Preferiría no hacerlo". Por más banal que parezca, esta frase resume toda una vida que perdió la esperanza. + Leer más |