Mujeres de ojos grandes

Todo principio es hermoso pero hay que detenerse en el umbral

Cada luna es distinta. Cada luna tiene su propia historia. Dichosos quienes pueden olvidar su mejor luna.

Creo que el amor, como la eternidad, es una ambición. Una hermosa ambición de los humanos

Cuando lo imposible se quiere volver rutina, hay que dejarlo.

La tía Daniela se enamoró como se enamoran siempre las mujeres inteligentes: como una idiota.

Ay hija, ¿ sino he podido creer en la verdadera religión, como quieres que crea en una falsa?

Tenía la espalda inquieta y la nuca de porcelana, Tenía un pelo castaño y subversivo, y una lengua despiadada y alegre con la que recorría la vida y milagros de quien se ofreciera.

Cuando la tía Carmen se enteró de que su marido había caído preso de otros perfumes y otro abrazo, sin más ni más lo dio por muerto.

La tía Daniela se enamoró como se enamoran siempre las mujeres inteligentes: como una idiota.

Desde antes de que él se lo pidiera, ella había comprometido su cuerpo lleno de luciérnagas con el hombre que se las había puesto en revuelo.