Odiaba ser tan raro. ¿Por qué no podía comportarme como alguien normal? Sobre todo, cuando estaba delante de una de las pocas personas con las que me gustaba estar. A la que deseaba tener más cerca. La persona de la que estaba enamorado.
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Odiaba ser tan raro. ¿Por qué no podía comportarme como alguien normal? Sobre todo, cuando estaba delante de una de las pocas personas con las que me gustaba estar. A la que deseaba tener más cerca. La persona de la que estaba enamorado.
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- No es una buena idea. Me haces perder la cabeza. -Eso es bueno. -Oh, no. No lo es para nada. Llega un momento en la vida en el que tienes que pensar más con la cabeza que con el corazón. Un momento en el que tienes que sopesar las consecuencias que tendrán tus actos- sentenció, como si aquello fuese el argumento final. |
Me sentía el peor tipo de persona. No le dejaba acercarse a mí, pero tampoco era capaz de alejarme de él ni de dejar de estar celoso como un auténtico gilipollas. En serio, ¿qué estaba mal conmigo?
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A veces, estar en un momento inventado era mucho más sencillo que estar en el tuyo propio.
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Macy era capaz de iluminar todo mi mundo con un solo gesto.
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Cada segundo a su lado era maravilloso y lo sentía como un regalo.
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Ya era hora de cambiar. Ya era hora de que tomase las riendas de mi vida y me preocupase por hacerla única y valiosa. Ya era hora de que empezase a vivir para mí y no para lo que creía que debía hacerlo. Tenía el poder y la obligación de hacerlo. |
Pensé que era el momento de cambiar; si alguien tenía derecho a replantearse su vida y su manera de comportarse en algún momento, ese era después de una ruptura.
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Los nombres de personajes en un libro aparecen: