-Virgen, Madre y Anciana -susurré. Él asintió con aprobación y una satisfacción cálida se expandió en mí. -La personificación de la femineidad en el ciclo del nacimiento, la vida y la muerte... entre otras cosas. Es una blasfemia, por supuesto. -Resopló y sacudió la cabeza-. Como si Dios pudiera ser mujer. |