—No hay nada que contar. —Siempre hay algo que contar. |
—No hay nada que contar. —Siempre hay algo que contar. |
Hay algunas cosas que no pueden cambiarse con palabras. Es necesario ver algunas cosas para creerlas. Es necesario sentirlas.
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El respeto alguna vez había sido mutuo. Pero eso había sido antes de la envidia.
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—Toda broma tiene algo de verdad.
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Un amor semejante no era un asunto limitado al corazón y a la mente. No era algo que sentir y olvidar con el paso del tiempo, algo que tocas sin que te tocara a cambio. No... Este amor era algo más. Algo irreversible. Era algo del alma.
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Nunca... he visto a nadie disfrutar algo del modo que tú lo disfrutas todo.
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Si ella estaba destinada a arder en el infierno, ardería con ella.
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¿Por qué cojones todos en este reino intentan asesinar a mi esposa?
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El anhelo embriagador aún estaba en mi pecho, ahora con más fuerza y más doloroso que nunca, pero descubrí que estaba indefensa ante él. Total, y absolutamente indefensa. Y, sin embargo... Nunca me había sentido más a salvo.
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¿Para qué servía el primer amor sino para caricias temblorosas y descubrimientos?
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¿Qué criaturas mágicas podemos encontrar en Gringotts, el banco de magos?