Los jóvenes de la élite

Nadie quiere que seas tú mismo. Quieren que seas la versión de ti mismo que a ellos les gusta.

Al norte, las nevadas Tierras del Cielo.
Al sur, las sofocantes Tierras del Sol.
Entre ambas, las naciones insulares de las Tierras del Mar, joyas de la riqueza y el comercio en un mundo de extremos.

Creen que me pueden impedir entrar, pero no importa cuántos candados cuelguen en la entrada. Siempre hay otra puerta.

Todo el mundo tiene oscuridad dentro de ellos, por más escondida que esté.

Creen que me pueden impedir entrar, pero no imports cuántos candados cuelgan en la entrada. Siempre hay otra puerta.
El ladrón que robó las estrellas, de Tristan Chrisley

Hay cuatro sitios en los que los espíritus aún vagan...
la Oscuridad de la Noche cubierta de nieve, el paraíso olvidado de Sobri Elan, las Columnas de Cristal de Dumon, y la mente humana, ese eternamente misterioso reino por el que los fantasmas deambularán para siempre.
Una exploración de mitos antiguos y modernos, de Mordove Senia

Algunos nos odian, nos consideran criminal que hay que colgar en la horca. Otros nos temen, nos consideran demonios que hay que quemar en la hoguera. Otros nos adoran, nos consideran hijos de los dioses. Pero todos nos conocen.

Confianza es caer al fondo de un abismo y cogernos de las manos los unos a los otros.

Qué ironía, que yo necesite abrazar semejante maldad para proteger a mi hermana del mal.

Cuando el mundo era joven, los dioses y las diosas dieron a luz a los ángeles, Alegría y Avaricia, Belleza y Empatía y Pena, Miedo e Ira, chispas de humanidad. Sentir emoción, por tanto, ser humano, es ser hijo de los dioses.