El color de las cosas invisibles

Me hacía pensar en la posiblidad de que la vida fuera un bucle infinito, un laberinto que nos hacía regresar al mismo punto una y otra vez

Estar enamorado se parece mucho a obsesionarte con algo y no dejar de quererlo ni aunque estés al borde del empacho.

Cuando alguien que te importa se rompe, solo te queda proteger esos pedazos y cruzar los dedos para que, cuando respire de nuevo, no le falte ninguno.

Estás muy guapa de negro, Rain, pero no te olvides de que estamos hechos de colores. [...] No te pierdas las cosas bonitas de la vida solo porque creas que no son para ti.

Y los días pasaron. Porque el mundo sigue girando, aunque en el tuyo haya ocurrido un acontecimiento que te haga querer pulsar el botón de pausa.

Con el tiempo aprendería que el amor funciona así, eleva tus capacidades y las convierte en algo único; engrandece lo simple y lo disfraza de especial.

Hasta a las personas que deseamos pasar desapercibidas nos gusta formar parte del universo.

Siempre me he preguntado por qué los seres humanos ponemos tanto empeño en estudiar cosas que no vemos, como los átomos o las bacterias, y no nos esforzamos en comprender de un modo científico esos nudos invisibles que unen a las personas y el instante exacto en el que se forman.

Las casualidades no existen, solo lo hacen las causalidades que nos empujan a tomar decisiones.

Gracias por respetar mi tristeza.