Los mejores cuentos del Gran Norte

¿Os imagináis un libro en el que se aúnen la aventura, la pasión, los giros inesperados y sobre todo un estilo soberbio? Todo eso y mucho más es lo que podréis disfrutar con la lectura de Los mejores cuentos del Gran Norte, del autor Jack London. London es un escritor con una vida muy interesante.
Nacido el 12 de enero de 1876 en San Francisco, no conoció la supuesta identidad de su padre hasta su madurez. Clarice Stasz y otros biógrafos barajan la idea de que el padre biológico de Jack London fue el astrólogo William Chancey. El problema es que, en una carta al escritor, su supuesto progenitor le explicó que no podía ser su padre, ya que durante el tiempo que vivió con Glenn Ellen, él padecía de impotencia.

Jack London no fue a la escuela y se formó de modo autodidacta en las bibliotecas públicas. Más tarde se embarcó en una goleta, vivió como vagabundo, lo que le condujo a la cárcel durante un periodo de tiempo. Tras estas experiencias, el escritor se formó en la Oakland High School, donde escribió en la revista de la secundaria, The Aegis. Su primera publicación fue "Typhoon off the coast of Japan", donde relató sus experiencias como marino. Su deseo de ir a la universidad se hizo realidad después de muchos esfuerzos, aunque por problemas financieros no logró graduarse y tuvo que abandonar sus estudios en 1897.

Después de este duro principio de su existencia, no os llamará la atención que el escritor pasó a trabajar una jornada de 18 horas como enlatador en una fábrica y acabó pidiendo un préstamo con el que compró nada menos que un barco a un pirata. Pero su mala (o buena) suerte hizo que su goleta se estropeara sin posibilidad de ser reparada. Su vida aventurera continuó: se apuntó a buscar oro en Klondike, durante la época de la fiebre del oro (algo que perjudicó su salud). London consiguió sobrevivir a la lucha con la muerte, que inspiró uno de sus mejores cuentos, titulado "To build a Fire".

Tras una vida tan ajetreada y llena de experiencias, aderezada con inteligencia y afición por la literatura, no es de extrañar que su fortuna le viniera de mano de su trabajo como escritor, con el que consiguió ganar una buena cantidad de dinero. En Los mejores cuentos del Gran Norte se recogen ocho relatos extraordinarios de este escritor. Personalmente no lo conocía e incluso tenía ciertos prejuicios contra él. Pero después de leer esta pequeña antología puedo afirmar que Jack London viene a ser el Edgar Allan Poe de los cuentos de aventuras.


La historia de cómo deben morir los miembros de una tribu de Alaska, la convivencia entre un hombre malvado con un perro al que odia y maltrata haciendo creer a todos que está endemoniado, la batalla totalmente ilógica de un hombre por sobrevivir en unas condiciones penosas, el amor, los dilemas a los que se tiene que enfrentar ¡un perro!, o las consecuencias que puede tener el encender o no una hoguera.
Los personajes que protagonizan estas historias son fuertes, plantan cara a la adversidad y no dudan en luchar, aunque parezca que todo está perdido. Sin embargo no son seres fríos. Están llenos de pasiones, deseos, emociones, de tal modo que el lector se siente pronto implicado en sus dramas.

London escribe unos relatos bastante breves, con un estilo conciso y a la vez contundente, con el que logra expresiones que de modo muy sintético resumen verdades y situaciones. La extensión de los relatos se convierte en una ventaja para leer esta obra en cualquier momento del día y su intensidad asegura la adicción del lector a la historia que está leyendo. Un libro que creará seguidores de este autor y ayudará a otros a descubrir el maravilloso mundo de la lectura.