No tuve alimento alguno según lo habitual ni sacié mi hambre con el pecho, sino que tomé entrañas de grasa de leones y los tuétanos de una loba moribunda
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No tuve alimento alguno según lo habitual ni sacié mi hambre con el pecho, sino que tomé entrañas de grasa de leones y los tuétanos de una loba moribunda
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Soberano, te entrego a ésta, la hermana de nuestro Aquiles: pretendía llevar animosa más armas al hombro y el arco y, al estilo de las amazonas, rechazar el matrimonio
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Calla doliente, y oculta la impiedad que ya es de los dos, decide hacer cómplice del engaño solo a su nodriza
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Cuando la vio de lejos guiando el tropel de sus compañeras, el muchacho indómito, cuyo pecho no se había turbado por emoción alguna, quedó yerto y se empapó hasta los huesos de un fuego nuevo
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De todas partes cada uno de nosotros, sin ser convocados, por propia voluntad, acudimos como vengadores. ¿Quién podría tolerar, en efecto, que con engaños ilícitos hayan de romperse los pactos nupciales y que con un simple rapto hagan de arrebatarse las esposas como su fuesen ganado, o rebaños, o simples haces de mies?
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Concédeme, te lo ruego, esto solo: que no te dé hijos una esposa bárbara, que una esclava no dé nietos indignos de Tetis
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Las hermosas troyanas te aguardarán ya con lágrimas y llantos, y desearán entregar sus cuellos a tus cadenas y cambiar su patria por tu lecho; o quizás la misma Tindáride, loada en demasía por su adúltero rapto, llegue a ser de tu gusto
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¿Te dignarás volver de nuevo a éste tu puerto? ¿O acaso, ensoberbecido, trayendo los lares teucros y el botín de Pérgamo, no querrás recordar tu refugio entre doncellas?
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Pero el fiero Eacida, apenas descubre al alcance de su mano el destellante escudo, Cincelado con imágenes de batallas (y que casualmente estaba tiznado de rojo con los cruentos vestigios del combate), apoyado sobre la lanza, bramó y torció el gesto, y los cabellos se erizaron despejando su frente; en ninguna parte las consignas de su madre, ningun resquicio al amor oculto: Troya ocupa todo su corazón.
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Jamás en otro momento se ha presentado a los valientes la ocasión de tan gran fama ni se ha cultivado el valor en campo mayor
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Es un poema épico griego compuesto por 24 cantos, atribuido al poeta griego Homero. Narra la vuelta a casa, tras la guerra de Troya, del héroe griego Ulises