La aquileida de Padilla Libros
De todas partes cada uno de nosotros, sin ser convocados, por propia voluntad, acudimos como vengadores. ¿Quién podría tolerar, en efecto, que con engaños ilícitos hayan de romperse los pactos nupciales y que con un simple rapto hagan de arrebatarse las esposas como su fuesen ganado, o rebaños, o simples haces de mies?
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