LA SOMBRA DE DAUGRIS

En esta segunda parte, Martin Lee nos adentra aún más en el mundo de Luominen y Amarth.
Desde el principio se puede ver el poder que tienen las mujeres en esta segunda novela de la saga, en especial una que hará que se tambaleen los pobres cimientos que sustentan el imperio del antiguo rey, así como la legitimidad del usurpador del trono. Esta mujer, la reina Sibni se unirá sentimentalmente al enemigo común tras comprender que han estado engañados por siglos. de esta manera, pone de relieve el modo en que los distintos gobiernos, los dictatoriales especialmente, y cultos religiosos van aborregando a la población con sus doctrinas para que no piensen por si mismos y puedan llegar a conclusiones que los desestabilice.
Con lo dicho anteriormente, se puede comprender el porqué de las guerras de religión. Y en la novela se refleja en las disputas contra los pueblos orientales del continente que tienen otra religión. Y también entre los reinos de Luominen o Jaaluna que tienen diferentes creencias religiosas. Así recuerda a las guerras entre católicos y protestantes en la Europa del siglo XVI y posterior, o entre cristianos y musulmanes.
También existe un claro llamamiento a fijar nuestra atención en cómo los países, en la novela reinos, más importantes invaden la soberanía de los más pequeños y que están bajo su influencia política y económica. Terminando esto, muchas veces se convierten en guerras o conflictos armados para recuperar su autonomía.
Cambiando de tema, en la novela tiene gran importancia el amor, en sus diferentes formas. Pero especialmente aquellos que tienen que luchar contra las normas establecidas, y los que tienen que andar ocultos para que no le corten las alas. Esto viene acompañado por la ayuda de los amigos verdaderos, esos que se juegan todo por ayudar a alguien estimado, siguiendo con este tema, comprobaremos cómo la familia es capaz de mentir o venderse con tal de salvar la vida de un hermano/a o cualquier otro miembro, aunque con ello queden ellos mismos en una situación precaria.
Como contrapunto a esta fidelidad, nos encontramos con diversas maneras de traición, donde siempre prima el poder económico en beneficio propio. Así en la novela nos aprestaremos a vivir las traiciones más viles para que unos pocos puedan detentar y disfrutar del poder supremo, mientras que su gran amenaza a través de pactos y con el único arma de la palabra va afianzando y engordando su ejército. Es aquí donde más claramente se ve que el autor quiere darnos a entender que las mujeres, generalmente, son más partidarias del uso de la palabra para lograr sus objetivos, y también de la inteligencia, mientras que los hombres corremos a medir nuestro músculo con el uso de la violencia para tratar de ganar lo que queremos.
Al igual que ocurría en el primer volumen, tiene diversos homenajes a Tolkien y G. R. R. Martin en los nombres de las ciudades y las religiones del continente donde transcurre la novela.
Globalmente podemos visualizar durante la lectura de la novela cómo trabaja el ciclo de la vida. Equiparándolo con la realidad, sería algo así como ver el auge y caída de los distintos imperios que han existido en la historia de la humanidad. Y observando que siempre se tiene un “enemigo” para poder seguir mejorando en todos los sentidos.
Personalmente me ha encantado, y estoy esperando la continuación para poder saber la manera en que continúa la historia de Sibni y el continente de Luominen.
Para los amantes de la fantasía, toda la saga debería ser una obra de obligada lectura, al igual que las obras de Tolkien o G. R. R. Martin por poner ejemplos de grandes autores de fantasía.
Al final de la novela encontraréis un excelente apéndice sobre las diferentes razas que aparecen en la novela.