Segundo libro que leo en dos semanas del tándem Lapiere+Pellejero, y segunda joya para enmarcar. Aunque empieza lento, no te sitúa hasta bien entrada la mitad de la historia, poco a poco te va envolviendo hasta dirigirte a un final en el que la magia, simplemente, ocurre. Los personajes se acostumbran tanto a la tragedia que se muestran vacíos y sin contenido, y no obstante, ansiosos por encontrar un remanso de paz en sus vidas, casi siempre a la sombra de alguien. Un libro que habla de lo difícil que es asumir el cambio, de lo complicado que resulta superar el duelo cuando no se tiene in cadáver, del limbo en el que se llega a vivir cuando se queda uno completamente solo. Maravilloso. Simplemente maravilloso. |