La Guerra de los Mundos Esta adaptación comienza con una cita de H. G. Wells: “En los últimos años del siglo XIX nadie habría creído que los asuntos humanos eran observados aguda y atentamente por inteligencias más desarrolladas que la del hombre y, sin embargo, tan mortales como él; que mientras los hombres se ocupan de sus cosas eran estudiados tan a fondo como el sabio estudia a través del microscopio las pasajeras criaturas que se agitan y multiplican en una gota de agua”. Con esta cita, la cual es parte del comienzo de la historia original, podemos darnos cuenta por donde van a tomar los autores su adaptación. Es sabido de antemano que Horacio Lalia y Ricardo Ferrari, no suele realizar adaptaciones literales, aunque en este caso si existe una mayor fidelidad a la obra original, al menos en su primera parte. Seguramente esta necesidad de tratar la historia con fidelidad se deba a la intima relación que guarda la novela de H. G. Wells, con otra invasión, la narrada por H. G. Oesterheld, “El Eternauta”. La dupla artística propone un nuevo enfoque para narrar los hechos ya conocidos. Pues la figura del narrador recae en la fuerza invasora. Este nuevo punto de vista abre nuevas puertas narrativas. Para empezar la invasión no se produce por un deseo de conquista imperialista, sino que se debe a la necesidad de fugarse de un planeta agonizante. También descubrimos el verdadero numero de la fuerza invasora pues las tropas no se cuentan por legiones, sino que apenas son unos pocos en una misión suicida. El giro más importante de la trama se da cuando los autores tratan de explicar, con gran acierto, el final de la novela original. Pues con el tiempo y el acceso a la información el hecho de que los marcianos murieran por culpa de los virus existentes en la tierra le ha quitado cierta credibilidad a la novela de Wells. Por esta razón se da una explicación más que plausible. Sin revelar el final podemos decir que: no, no ganamos la guerra y los marcianos si sabían de los efectos que producirían los microorganismos en sus cuerpos. Para finalizar dejo una reflexión escrita por Ray Collins en el prólogo de la edición realizada por Thalos editorial: “La historieta no debe ser entendida como género menor, sino más bien en su dimensión reveladora.” + Leer más |