"Comprendimos desde hace mucho que ya no era posible subvertir el mundo, ni remodelarlo, ni detener su pobre huida hacia delante. Sólo había una resistencia posible: no tomarlo en serio." (Pág.92).
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"Comprendimos desde hace mucho que ya no era posible subvertir el mundo, ni remodelarlo, ni detener su pobre huida hacia delante. Sólo había una resistencia posible: no tomarlo en serio." (Pág.92).
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"-- El tiempo corre. Gracias a él, primero vivimos, lo cual quiere decir que ya hemos sido acusados y juzgados por la gente. Luego morimos y permanecemos aún unos años entre los que nos han conocido, pero muy pronto se produce otro cambio: los muertos pasan a ser muertos viejos, de los que ya nadie se acuerda y que desaparecen en la nada; tan sólo unos cuantos, muy, muy pocos, imprimen su nombre en la memoria de la gente, pero, ya sin testigos fehacientes, sin un solo recuerdo real, pasan a ser marionetas..." (Págs 33-34).
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Sólo desde lo alto del infinito buen humor puedes observar debajo de ti la eterna estupidez de los hombres, y reírte de ella.
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El mundo no es mas que representación y voluntad
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"Nadie tiene derecho de crear a un hombre a partir de una marioneta."
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"No ha entendido nada, y aún hoy no entiende nada acerca del valor de la insignificancia. Ésta es mi respuesta a tu pregunta acerca del tipo de tontería que define a D'Ardelo. -- La inutilidad de ser brillante. Sí, lo entiendo. -- Es algo más que inutilidad. La nocividad. Cuando un tipo brillante intenta seducir a una mujer, ésta tiene la impresión de entrar en una competición. Ella también se siente obligada a deslumbrar. A no entregarse sin resistencia. Mientras que la insignificancia la libera. La despreocupa y, por tanto, la hace más fácilmente accesible. Pero dejémoslo. Con D'Ardelo no tratarás con un ser insignificante, sino con un Narciso. Y cuidado con el sentido exacto de esa palabra: un Narciso no es un orgulloso. El orgulloso desprecia a los demás. Los subestima. El Narciso los sobrestima porque observa su propia imagen en los ojos de los demás y desea embellecerla. De modo que cuida muy amablemente todos esos espejos." (Pág. 24-25).
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¿Cuál de los siguientes libros fue escrito por Gustave Flaubert?