La hija del relojero

Estaba segura de haber leído en alguna parte que los hombres que trataban bien a su madre eran las mejores parejas

La verdad depende de quién cuenta la historia

Soy el ruido que oyes cuando piensas que no oyes nada.
Soy la luz en la ventana que sabes que no es posible que brille.
Soy las estrellas en la oscuridad cuando sientes que la soledad te rodea.

Los seres humanos son conservadores de un museo. Cada uno pule sus recuerdos favoritos, los ordena a su manera para crear una narrativa que les guste. (...) El proceso no es deshonesto: es la única manera que tienen de vivir consigo mismos y sobrellevar el precio de sus existencias

A pesar de toda la maldad que nos encontremos, el amor nos protege.

Pasado, presente, futuro... ¿Qué significaban, de todos modos? Uno podía aspirar a hacerlo lo mejor posible en las circunstancias que le habían tocado en un momento concreto. Eso era todo.

El tiempo solo se movía en una dirección. Y no se detenía. Jamás dejaba de avanzar, ni siquiera para permitir a alguien pensar. Solo había una manera de volver: los recuerdos.

Y, en tanto que mi nombre, mi vida, mi historia yacían bajo tierra, yo, que una vez había soñado con apresar la luz, descubrí que me había convertido en una luz cautiva.

Era una niña cuyas aguas en calma ocultaban corrientes profundas.

Su dolor es un espectáculo lamentable, es un recordatorio de lo que un corazón roto puede hacer a un alma sensible.