Las siete lunas de Maali Almeida

Maali Almeida se despierta en el otro mundo, el Mundo Intermedio, sin tener idea de qué ha podido pasarle ni las circunstancias de su muerte. En las oficinas administrativas del más allá, le informan que cuenta con siete lunas para poder cerrar sus cuentas pendientes, después entrará o bien en la luz o bien en la oscuridad.

Con esta premisa tan original y bizarra, el autor esrilanqués de nombre impronunciable y ganador del Booker 2022, nos regala un fabuloso viaje entre el mundo terrenal y el mundo espiritual con todas las criaturas y seres que lo pueblan, a la vez que nos pone sobre el tapete todo el escenario social y político de la Sri Lanka de finales del siglo XX. Maali Almeida, fotógrafo de profesión, retrata fielmente a través de su lente, la guerra civil que enfrentó al gobierno y al ejército con las facciones rebeldes, en uno de los mayores y más desconocidos conflictos civiles de la última mitad del siglo, que duró más de 25 años y que tiñó las calles de Colombo, capital del país, de muerte y corrupción. Maali, gamberro, gay y ludópata, cree que su muerte puede ser provocada por unas conflictivas fotografías que ocultó en vida y que intentará sacar a la luz, desde su faceta más incorpórea.

Una historia ambiciosa, compleja, con una ambientación y documentación excepcional y de gran importancia por su carácter visualizador de un conflicto del que todos somos más o menos ignorantes. ¿Qué me ha pasado entonces? Los elementos sobrenaturales tan cargados de simbolismo con sus seres espirituales y criaturas mitológicas, han hecho demasiado difusa la línea que separa lo real de lo irreal, un realismo mágico poco definido que me ha resultado dificultoso y tedioso. Lo mismo me ha ocurrido con el contexto político, otro pilar básico de la novela, en el que me ha supuesto un gran esfuerzo entrar y comprender. Sumado a la extensión de la trama, estos dos elementos me han generado confusión y agotamiento lector por momentos, y quizá han sido los motivos por los que esta novela y yo, no hemos terminado de cuajar. El claro ejemplo de un librazo, que simplemente no ha sido para mí.

No sabemos si lo que hacemos en esta vida tendrá repercusión en el más allá, no sabemos si después hay cielo, infierno o purgatorio, si hay algo, si hay nada, o si tendremos siete lunas para saber qué nos espera a continuación.

“Las siete lunas de Maali Almeida”, de Shehan Karunatilaka, es el periplo de un fotógrafo, muerto en condiciones extrañas, por estas siete lunas, mientras no sabe qué ha pasado, cómo ni por qué (ni quién).

Se trata de un relato muy original en un ambiente místico y espiritual que sirve de bálsamo mágico que suaviza todo el horror y la crueldad que destilan sus páginas. Una historia del más allá que no es más que una feroz crítica social y política dirigida a un país concreto (Sri Lanka), en un momento concreto (la guerra civil).

Política, mafia, corrupción. Ángeles, demonios, tortura, condena, salvación. Hombres, mujeres, niños. Madres, padres, hijos. Amigos. Hermanos. Injusticia. Este es el cóctel molotov que nos explota dentro mientras leemos cuan cruel e inhumano puede ser el (he aquí la paradoja) ser humano.

Una historia muy peculiar que satiriza las más desagradables situaciones y que está construida con un humor ácido que atrae e incomoda a partes iguales. Un mundo real cruel y mundo onírico tal vez más cruel todavía; un héroe antihéroe; un país paradisíaco sumido en el caos y el horror.

No sabemos si allí nos desprenderemos de lo que hemos sido aquí, si encontraremos liberación o condena, si repetiremos los mismos errores una y otra vez (una y otra vida), o conseguiremos bucear en aguas blancas que nos limpien de toda mancha y nos devuelvan inmaculados al lugar donde debemos, o queremos, estar.

“No te molestes en buscar el bando de los buenos, porque no lo hay. Son todos una panda de avaros orgullosos, incapaces de resolver los conflictos sin que alguien se llene los bolsillos o sin iniciar una revolución.(…) No merece la pena sacrificarse por una guerra como esta. Ni por esta ni por ninguna”
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En Sri Lanka, 1990, en plena guerra civil, Maali Almeida es un fotógrafo que se empeña en retratar las atrocidades cometidas y que, tras ser asesinado, tiene siete lunas para resolver las cuentas pendientes.

Vaya punto de partida plantea Karunatilaka. Un Colombo atestado de corrupción, de violencia, inmerso en una guerra civil que todavía tendrá un largo recorrido. Una ciudad llena de políticos corruptos, terroristas, sicarios y fuerzas de la resistencia que marcan el ritmo de una ciudad asolada por el enfrentamiento.

En ese contexto, se nos presenta una experiencia cercana a lo místico, en donde encontramos dos mundos paralelos: el Mundo Inferior, el de los vivos; y el Mundo Intermedio, el de los muertos con alguna cuenta pendiente con el mundo de los vivos.

A mí, que soy una persona terrenal, este toque tan sobrenatural me ha costado, no os voy a engañar. Es una novela en la que, además de diferentes momentos temporales, el autor juega con las dos dimensiones, lo terrenal y lo espiritual, el Mundo Inferior y el Mundo Intermedio. Esto hace que sea una lectura exigente, en la que estar muy atento a los cambios, que a veces son sutiles.

Aún con el esfuerzo que ha supuesto leer esta novela, con el paso de los días soy capaz de ver todo lo positivo que me ha dejado. Una novela realista, sobre una situación cruel en la que Maali quiere revolucionar al país y acabar con una guerra civil iniciada siete años antes. No lo conseguirá, ya que el fin de la guerra no llegó hasta 2009, tras mucha sangre derramada.

Eres Malinda Almeida Kabalana. Y te despiertas en el más allá. O mejor dicho, en un mundo que no es el inferior ni el intermedio. Pero no recuerdas cómo has llegado ahí. Tienes siete lunas para decidir qué hacer con tu no vida. Aunque te quedan asuntos sin resolver y quieres descubrir qué te ha pasado.

Podría ser cualquier cosa, habiendo vivido en Sri Lanka en una época de conflictos armados. Las fotografías que has hecho durante años así lo demuestran.

Para mí, un gran libro. El uso de la segunda persona (¡y primera!) en la narración me han gustado, no sabes si es alguien que habla con el protagonista, si eres tú mismo, o qué pasa. El repaso de la guerra civil, en ese país del que tan poco se habla, no deja indiferente. Además, he disfrutado con la evolución de los personajes y la visión de los mitos esrilanqueses, sin contar con las reflexiones mucho más filosóficas. Lo recomendaré (aunque no ha todo el mundo).

Menudo viaje ha sido «Las siete lunas de Maali Almeida». Cuántas emociones, cuántas reflexiones, cuánto conocimiento. Os lo adelanto ya: me ha gustado muchísimo.

En el 83 estalló en Sri Lanka una cruentísima gu3rra civil que se alargaría hasta bien entrado el s. XXI. Una gu3rra de intereses de los poderosos en la que mur1ó y desapareció multitud de gente inocente. Los escuadrones de la muert3 se deshacían de aquellas personas que molestaban y, de paso, las que se encontraban en el momento equivocado y el lugar equivocado. Por tanto, esta es una historia de ficción por su fantasía, pero lo que cuenta no pudo ser más real. 

Este telón de fondo es el que utiliza Sheehan Karunatilaka para crear esta historia de mu3rte y vida. Una historia profundamente arraigada en la historia, cultura y mitos esrilanqueses que me ha abierto los ojos a una parte del mundo de la que no sabía nada de nada. Una sátira afiladísima que no se contenta con hacer un retrato de un conflicto que asoló un país y a su gente, sino que aprovecha para ofrecernos reflexiones sobre el sentido de la vida que se me han quedado clavadas.

Es verdad que a veces es denso, que su estructura y ritmo es a veces confuso. Que va y viene mucho, que tiene multitud de conceptos culturales y mitológicos que nos son completamente ajenos (por otro lado, ya es hora de darle una oportunidad a estas historias, que parece que nos asustamos en cuanto tenemos que hacer un poquito de esfuerzo en comprender una cultura que no conocemos). Pero es que aún con eso he disfrutado muchísimo el libro. Está escrito con esa frescura, con esa ironía, con esa acidez que me encanta. 

Y ya no solo con esta historia; también me quedo dentro a sus personajes: a Hermanito, a DD, a Jaki, al ateo fantasma, a la doctora Ranee. Y por supuesto, a Maali Almeida: fotógrafo, ludópata, put*ón. Y, por supuesto, cierro este libro con una certeza: la del horror de la guerra y la cantidad de vidas inocentes que se perdieron en Sri Lanka. La de los desaparecidos cuyos seres queridos nunca volvieron a ver. La de los poblados arrasados, los niños soldados, los que quisieron un país mejor, los que quisieron vivir su vida con tranquilidad. La de la crueldad humana cuando se juega con el poder.

Maali se despierta en un mundo extraño, está en una especie de oficina celestial(mundo Intermedio) , no recuerda nada de su muerte y tiene 7 lunas para explorar el mundo inferior (el nuestro) y rememorar su vida anterior, saber porqué murió y si desea vengar su muerte u olvidar todo.

Con esta premisa tan original Shehan nos plantea a modo de thriller detectivesco conocer la historia de Sri Lanka, la guerra civil, sus étnias, las facciones, el multiculturalismo o la imposición del budismo.

Escrito en segunda persona hace una crítica mordaz y sarcástica a la religión, a los órganos de gobierno, y grandes reflexiones como la venganza, la lucha entre el bien el mal, la violencia de género. Una historia llena de simbolismo entre dos mundos el inferior y el intermedio(donde se encuentra ahora).

Precisamente el estar entre esos dos mundo es lo que puede hacer sacar al lector de la historia, a mi particularmente en algunas partes me ha sacado, pero una vez encajas el puzzle tiene una lectura fluida aunque compleja en su significado, no creo que sea una lectura para todo el mundo, pero si embargo la recomiendo.

A modo de anécdota, cuando describe los monstruos, fantasmas y todo el mundo Intermedio no ha dejado de recordarme a la ambientación de la película Constantine de Keanu Reeves, intentando escapar de esos demonios que lo quieren en su reino.

“Ser un fantasma no dista mucho de ser un fotógrafo de guerra, puesto que intercala largos periodos de aburrimiento con inesperados fogonazos de miedo”.

En ocasiones hay que acudir a la buena ficción para toparnos con la verdad más rotunda. En ‘Las siete lunas de Maali Almeida' nos encontramos un retrato trágico y desgarrador de la guerra civil de Sri Lanka (1983-2009) convertido en una suerte de epopeya satírica cargada de ingenio y de verdad.

La historia comienza a principios de 1990, cuando Maali Almeida, fotógrafo de guerra, ludópata y hombre gay en el armario, se despierta ya muerto en una oficina celestial. Mientras su alma intenta comprender lo que ocurre, su cuerpo yace desmembrado en el lago Beira en Colombo, la capital de Sri Lanka. En un país corrupto hasta el tuétano, en plena guerra civil, donde el ejército, facciones rebeldes, terroristas y matones a sueldo campan a sus anchas, el espíritu de Almeida dispondrá de siete lunas, siete noches, para tratar de descubrir qué ha ocurrido y conducir a sus seres queridos del mundo inferior, el mundo terrenal, a unas fotografías suyas ocultas que podrían poner patas arriba el país. Maali no sabe si le han matado ni quién, pero está seguro de que su muerte está relacionada con esas fotografías comprometedoras.

No os voy a engañar. ‘Las siete vidas de Maali Almeida' es una novela extraña y compleja. Ya sabéis la pasión que profeso por este tipo de historias, así que os podéis imaginar cuánto la he disfrutado. Es una historia cargada de simbolismo en la que entrar requiere algo de esfuerzo. En su primera parte, el autor se toma su tiempo para presentar al lector los principales escenarios, tramas y personajes. El escenario de la guerra civil (con sus acontecimientos más importantes y sangrientos, y los diferentes grupos étnicos y bandos enfrentados. -“No te molestes en buscar el bando de los buenos, porque no lo hay”, reconoce el protagonista en un pasaje de la novela-); la situación del Sri Lanka de 1990, donde la corrupción política y policial está a la orden del día; el Mundo Intermedio en el que se mueve el alma de Almeida, con sus reglas, su peculiar funcionamiento, sus criaturas espirituales extraídas del misticismo oriental, las almas oscuras y las luminosas que pugnarán por el espíritu de Almeida tras la séptima luna para llevarlo a la luz o a la oscuridad… En definitiva, un complejo puzle localizado en dos dimensiones diferentes (y con saltos temporales, para rematar) que cada lector deberá esforzarse por armar en su cabeza.

Eso sí, una vez logras ubicarte, interiorizar la propuesta del autor y los mecanismos de la novela, no puedes parar de leer. La lectura toma dinamismo, se van cerrando tramas, y no puedes evitar pasar una página detrás de otra sin darte cuenta. El texto mezcla de una forma original aspectos fantásticos, detectivescos, históricos y sociales narrados con mucho sentido del humor, gracias en parte a un narrador en segunda persona que me ha robado el corazón. Ácido, mordaz, sarcástico… para mí, un narrador inolvidable.

El final cerrado resuelve los interrogantes abiertos a lo largo de la novela y, aunque deja un regusto amargo y desolador (no es spoiler, la guerra durará casi 20 años más) y me ha dejado tocado, debo reconocer que me ha parecido un final magnífico y muy acertado.

En definitiva, como os comentaba en una historia reciente, una novela que se ha colado en mi Top5 de lecturas del año cuando pensaba que ya tenía el ránking cerrado. No sé en qué posición estará, pero os aseguro que en una muy alta.

Este libro cuenta la historia de Maali Almeida, fotógrafo srilankés que muere por causas violentas pero desconocidas y tiene 7 lunas en una especie de limbo para decidir qué quiere hacer con su "no vida". Habrá personajes que le quieran llevar hacia la luz, y otros que pretendan arrastrarlo hacia la oscuridad.

El libro va intercalando su momento actual con flashbacks que va recordando de su vida. Hasta el final no nos desvela qué hizo al final y cuales fueron las razones de su muerte.

Me costó entrar en la trama, está escrito de una forma muy especial y sobre todo la parte del "Mundo Intermedio" se me hacía cuesta arriba porque me daba la impresión de que no entendía nada.

Una vez cogido el tranquillo y gracias a las aportaciones de compañeros lectores de la lectura conjunta, tengo que decir que me ha gustado. Mucho

Complejo escribir una crítica sobre este libro.

Es difícil de leer, y eso es importante, para empezar. Escrito en segunda persona, con multitud de personajes, comienza en una especie de limbo al que el protagonista no sabe cómo ha llegado. A partir de ahí, la lectura es compleja, pues el texto es extenso y la trama da muchas vueltas.

Sin embargo, una vez superado esto, la historia es dura y tierna, sensible y horrenda, ácida, divertida, triste a ratos... Provoca multitud de emociones y aporta muchísimos datos de un país que desde España es poco conocido.

Yo lo recomiendo, pero es un libro que leer con tiempo y ganas. Es poco accesible, cierto, aunque es un premio terminarlo. Aporta muchísimo. Hay que hincarle el diente ;)

Colombo, 1990, Maali Almeida, fotógrafo de guerra se ha despertado muerto en lo que parece ser una oficina de la Administración Pública celestial. Su cuerpo desmembrado se hunde en el lago y Maali no sabe quien es su asesino.
Este libro lo leí en LC con @lalibreriaambulante . Reconozco que hubo tramos que se me hicieron pesados y algo caóticos pero al final, me quedo con las buenas sensaciones que me ha provocado. Se tocan temas como el bien y el mal, la violencia, la muerte, el olvido, el perdón.....La muerte la narra con una ironía muy curiosa. Las frases, los temas, la ironía, el trato de la muerte y la violencia hacen de este libro una historia diferente y algo perturbadora. Para mi han tenido más importancia los temas tratados y la ironia cruel de la Guerra que la trama en sí con la que no he congeniado del todo