Punki: Una historia de amor

"Todas las cosas son para toda la vida. Todos los golpes, los malos momentos y los buenos, dejan marcas y heridas, algunas de las cuales nunca cicatrizan. Pero esas, al contrario que los tatuajes, no se ven. Puedes esconderlas y que nadie las descubra, mientras te gangrenan por dentro".

Lo mío con Juarma ha sido como un amor a primera vista. Embobado y sin palabras me deja cada vez que lo leo. Algo que ya me pasó en su anterior novela "Al Final Siempre Ganan los Monstruos", y que ahora con Punki (Una Historia de Amor), se vuelve a repetir.

¿Por dónde empiezo? Pues me apetece contaros muchas cosas, pero tampoco quiero destriparlo mucho porque creo que es un libro que deja mucha huella en el lector y aporta grandes cosas en forma de aprendizaje.

Primero de todo, y a diferencia de su anterior novela que estaba narrada por distintas voces y personajes, esta se narra en primera persona a través de Álex, un tipo inseguro y sin autoestima, carente de muchas cosas, culpable de casi todas, pero una persona fiel y honesta con aquellos que lo quieren. Muchos de los personajes coinciden en ambas novelas, de hecho esta es la segunda parte de una sextología que se sucede en Villa de la Fuente y que esconde infinidad de secretos.

Sus amigos, su família, Polly. Ellos son las ramas que crecen alrededor de la vida de Álex. Con un padre maltratador y una sexualidad aún por descubrir. Su refugio está en las drogas, el alcohol y la música punk. Un libro que es muy duro, muy cruel, pero que te hace ver y entender que las ganas y la actitud son la base de todo cuanto consigues en la vida. No hay imposibles si te rodeas de las personas adecuadas, si sabes decir que no a tiempo.

Juarma ya es toda una realidad, un ESCRITOR con mayúsculas que se atreve a escribir sin prejuicios y directo a la yugular, tratando temas que, aunque complicados, son problemáticos en nuestro día a día y que siguen siendo tabú, sobretodo en muchos pueblos fuera de las grandes ciudades. Violencia desgarradora vs amor del puro y del que te abraza bien fuerte por dentro para decirte: ¡no estás sólo!

¡Impresionante!

10/10

Con “Punki (una historia de amor)”, el escritor y dibujante Juarma continúa con el ciclo narrativo iniciado con “Al final siempre ganan los monstruos”, en lo que pretende ser una hexalogía ambientada en la ficticia localidad andaluza de Villa de la Fuente.

“Punki” lleva como subtítulo “una historia de amor”, pero este también podría haber sido “sexo, drogas y punk”, porque los tres están presentes en la historia. Y mucho. Acompañaremos a Álex en el relato de su vida, desde una infancia marcada por la violencia familiar que le llevará a iniciarse en las drogas, pasando por una adolescencia en la que las malas decisiones tomadas marcarán su vida adulta. Vida en la que tratará de dejar atrás ese mundo que tan bien conoce y al que, como si fuesen cantos de sirena, siempre encuentra el camino de vuelta.

“Punkie” habla sin tapujos sobre la precariedad y esa falta de oportunidades de toda una generación que vio en las drogas la única vía de escape ante las escasas perspectivas de futuro. Álex sueña con marcharse de su pueblo en busca de un futuro mejor, pero ese futuro será difícil de alcanzar ya que la sombra de su pasado es muy alargada e irá con él allá donde vaya. Quiere, o más bien necesita, dejar atrás esas adicciones que se han llevado por delante todo lo bueno que tenía en la vida, pero los fantasmas del pasado parecen no querer dejarle ir. A través de saltos temporales atrás y adelante, conoceremos su pasado y su presente, como si fuesen la Cara A y la Cara B de una cinta de casete, permitiendo el Álex del pasado entender al Álex del presente.

Álex está lleno de cicatrices (no sólo físicas). Su principal valor es esa lealtad hacia aquellos que han estado a su lado, aun cuando esta misma lealtad es la que le ha hecho perder lo que más quería. A pesar de sus múltiples defectos, o quizás como consecuencia de ellos, Álex termina despertando ternura en el lector, protagonizando algunos momentos entrañables que hacen que termines sintiendo simpatía por él. Necesita aprender a perdonarse a sí mismo para poder avanzar.

Esa historia de amor a la que hace referencia el título no se trata solo de una historia de amor romántico. Puede entenderse también como amor incondicional por los hijos, la familia, los amigos, e incluso amor por uno mismo. La dificultad está en aprender a quererse bien. Los distintos tipos de amor se entremezclarán con la violencia, la miseria, las mentiras, el sexo y el consumo indiscriminado de drogas que salpican la historia. En medio de todo ese pesimismo, podremos encontrar también un rayo de esperanza, ese click que te hace coger el toro por los cuernos, para finalmente enfrentarte a tus problemas e intentar salir adelante.

Al principio me costó un poco hacerme con los personajes, dada la gran cantidad de ellos que hay. También puede chocar un poco la particular forma de hablar de algunos de ellos, con multitud de expresiones coloquiales típicas de la zona. Es la fuerza de todos ellos y de sus vivencias lo que hace que, sin darte cuenta, te veas metido de lleno en una historia fácilmente reconocible que, aunque puede ser completamente opuesta a la realidad que tú has vivido, te agarra por las tripas y no te suelta.

“Punkie” es un relato descarnado y directo, sin artificios, dotado de un profundo realismo que impacta por la honestidad con la que describe una realidad cruda y amarga, haciendo que, aunque la lectura resulte incómoda por momentos, esta sea una experiencia fascinante.

Los libros de Blackie Books nunca nunca te dejan indiferente. Aparte de ser una de las editoriales con las ediciones más bonitas que hay, eligen historias intensas, diferentes, de las que te tocan la patata.

Punki no podía ser la nota discordante. Escrito de una manera diferente, fresca y original nos narra las aventuras y desventuras de Alex, un chico de un pueblo del sur de España que nos irá desgranando parte de su vida en el pasado y en el presente. Rodeado de violencia, drogas y … pegaría decir aquí rock and roll pero lo cambio mejor por Punk.

Narrado enteramente por Alex en primera persona vamos a conocer una historia dura que se asienta sobre el maltrato en la infancia, una historia en cierto modo de supervivencia, supervivencia familiar, supervivencia en el hostil mundo de la adolescencia y supervivencia en la adultez bajo el yugo de las responsabilidades mientras el cerebro te reta a escapar, volver a lo conocido a esas sensaciones que proporcionan los químicos y te hacen escapar. Un Alex del pasado que te hará entender e incluso empatizar con el Alex del presente.

Reconozco que no es uno de mis libros favoritos de este año, me ha sacado totalmente de mi zona de confort y me ha costado adentrarme en la cabeza del protagonista y sus amigos. Es posible que el lenguaje coloquial de una zona que no es la mía me haya sacado en muchas ocasiones de la trama. También hay algunas partes que son un poco repetitivas.

Pensaba que me iba a enfrentar a una historia de amor adolescente pero en sus páginas he encontrado más amor propio y amor incondicional que el amor que yo esperaba.

Si queréis una historia diferente, si queréis recordar vuestra juventud gamberra, esos botellones en el pueblo, esas ferias con sus tickets, esa rivalidad entre la propia gente del pueblo, los motes, los escarceos con las drogas y el sexo, este es vuestro libro.

Ni la vida de Álex ni la de nadie de su pandilla es fácil. En un pequeño pueblo de Andalucía, sin muchas perspectivas de futuro y la historia familiar de cada cual sobre sus espaldas no resulta sencillo salir adelante (indemne).

Leo palabra a palabra cómo Álex intenta sobrevivir al mundo, a sí mismo y a sus decisiones. Y hay momentos en los que se me hace difícil pasar las páginas. El retrato de una juventud que se quedó en los márgenes, cuando mejor fue, o en los cementerios, en la mayoría de los casos.

Drogas, sexo y punk.

Precariedad, violencia y pocas perspectivas de futuro.

Es una lectura cruda, que te hace sentir cierta incomodidad por el “privilegio” de no haber estado allí, de haber podido llevar una vida diferente, menos dura, a pesar de la poca diferencia de edad con el protagonista.

Son las historias que te contaban cuando empezabas la adolescencia para meterte miedo en el cuerpo y alejarte del consumo de alcohol y drogas. “Ten cuidado, que empiezas con un porro y terminas enganchado”.

Pero no es tan fácil. Hay mucho más detrás. Un chaval marcado por los malos tratos, con una historia de trauma que condiciona su impulsividad, la rabia, las adicciones y las relaciones.

En “Punki: una historia de amor” acompañamos a Álex, a trompicones y saltos temporales, en el relato de su propia vida, desde la adolescencia hasta terminada su juventud. Y escuece. Queman los secretos, las decisiones que toma, las que no termina de tomar o las que le vienen dadas.

Y, de vez en cuando, por sorpresa, salpican momentos de ternura, de esperanza adolescente y castillos en el aire. Sobre el futuro, sobre el amor y la vida. Porque la esperanza también está en las calles de Villa de la Fuente, aunque solo asome de vez en cuando manchada de tierra y polvo.

Escrito de una manera franca, sin vuelta de hoja. No había leído nada de Juarma y me ha sorprendido lo descarnado de su escritura. Me ha enganchado esa sinceridad, el contar sin artificios. También me han sorprendido, mucho, las mujeres de su relato y cómo están construidos estos personajes. No es sencillo retratar así de bien y con esa empatía.

Este libro es también una cinta de casete de doble cara, la que podrían haber grabado cualquiera de mis hermanos en su adolescencia, repleta de canciones del punk y rock.

“Andas siempre por ahí borracho / andas siempre por ahí tirado /andas siempre sin un puto duro / andas siempre como un bicho raro” (Piperrak – Bitxo raro)

La anterior novela de Juarma (Al final siempre ganan los monstruos) me llamó la atención pero la dejé pasar. Cuando se anunció Punki no me pudo llamar más, así que por fin me decidí a descubrir a este autor.

En Punki he encontrado todo lo que quería: una voz fresca y una historia que me ha atrapado desde el principio. Es esta una novela a dos tiempos, en la adolescencia del protagonista y su vida actual, ya un poco más avanzada en edad, que se nos va contando en capítulos alternos.

Una historia de amistad, de familia, música, drogas, amor, punk... Todo aderezado con una narrativa que encaja perfectamente con el tipo de historia que se nos está contando y que no dejará indiferente al lector. A esto le sumas un poco de "intriga" en ciertos puntos de la trama y te queda esta maravilla.

Solo me queda recomendaros encarecidamente esta historia, que se ha convertido en una de mis mejores lecturas del año y me ha dejado con ganas de mucho más.