Al final siempre ganan los monstruos

Mi libro favorito de 2021 sin ninguna duda. Una joya.
Este libro te atrapa y cuesta soltarlo y cuando lo terminas el duelo es largo. Es sorprendente, duro y sobre todo auténtico. ¡Cuánto talento para crear personajes y qué forma de contar una historia!

Conocí a @_juarma_ este año con Punki, que me encantó, así que no he tardado en ponerme con al final siempre ganan los monstruos, su otra novela ambientada en el mismo "mundo" que Punki.

En Juarma encontré naturalidad, mucho entretenimiento y enganche, y aquí se ha repetido totalmente. En este caso, con una historia narrada por los diferentes protagonistas, conoceremos a una cuadrilla de jóvenes amigos marcados por la droga. Una historia sencilla pero que engancha como pocas. El autor una vez más no se corta y lo cuenta brillantemente, sin medias tintas y con momentos que me han dejado casi sin respiración mientras leía.

Una novela brillante con la que he conectado desde el primer momento tanto en su escritura como en su trama, que no decae ni un momento. Probablemente tanto esta como Punki estén entre mis mejores lecturas del año, así que creo que con eso lo digo todo, os los recomiendo mucho. Sobra decir que estoy deseando seguir leyendo al autor cuando vuelva a publicar, que espero que sea pronto.

Una historia de los sucesos de un pequeño pueblo: Villa de la fuente. Cotidianidad, éxtasis, sueños frustrados, lucha de clases: todo adornado con el realismo mágico que solo los adictos saben crear, distorsionando sus vivencias es función de las sustancias consumidas en cada momento. Pero sobre todo amor, mucho amor y mucha muerte -los estadios mas puros del ser humano. Una narración coral gracias a la que vas armando el puzzle de un drama generacional a través de cada vivencia contada en primera persona por los componentes. Una creación en la que cada capitulo tiene voz propia, respetando el lenguaje y las cadencias de cada uno de los protagonistas. Para mi, un libro preciosista escrito desde el underdround mas sucio.
Me ha llenado el corazón.

"Mis padres nunca me han encarado el problema que tengo con la cocaína. Viven ajenos a él. No la entienden. No saben lo que es. No la ven por ningún sitio. Pero está en todas partes. Los padres nunca van a ver los monstruos en que se han convertido sus hijos".

Si tuviese que definir "Al final siempre ganan los monstruos" sería precisamente como literatura kinki. Con personajes de la periferia social, que no son marginales, pero lo rozan, que te caen mal, a los que es imposible no juzgar, que te frustran por las malas decisiones que toman, pero que también te dan un poco de pena (supongo que me es difícil desprenderme de esta cierta condescendencia y moralina de persona ajena a un entorno como el de Villa de la fuente).

Pero la magia de este libro está precisamente en eso, en acercarte sin juicios a una realidad rural que gira en torno a un grupo de amigos y lo que les une: el consumo de cocaína. Y a como ese consumo acaba determinando su vida. Porque la coca apaga las rayadas mentales, tapa los vacíos emocionales, y acaba convirtiéndose en una forma (incluso para algunos, en un medio) de vida. Y de ese hastío, de ese desasosiego, de esa rutina autodestructiva y a la vez liberadora, es difícil escapar. Eso es lo que nos cuenta este libro, en un relato cercano y coral que te acaba haciendo partícipe de todo lo que pasa en este pueblo. Y del que también cuesta salir.

La historia de este grupo de amigos te atrapa para no soltarte. Es dura, sin caer en el dramatismo, aunque cuesta no acongojarse ante los golpes continuos.

Ha sido una maravilla y ahora tengo mono, y sólo quiero una nueva dosis de Juarma.

Pd: Punki, voy a por tí

Novela que cae en mis manos atraído por el titulo, por la editorial y sus diseños de portada y en este caso por la contraportada, la cual me sedujo por la temática tan actual y por ese tufo canallesco que se plantea en ella.

Me he topado con una historia social muy actual. Ansiedad, amistad innegociable, consumos y adicciones, delincuencia, trapicheo y violencia, frustraciones y engaños, amor y fracasos.

Una lectura en la que se refleja como la generación del "podéis hacer todo lo que os propongáis" se dió de morros con la crisis de la primera década del 2000, esa que ha tenido que sobrevivir en un entorno rural, en medio de la precariedad y la falta de recursos, esa que a falta de sueños por cumplir se centra única y exclusivamente en exprimir el finde de semana a base de fiestas de alcohol y drogas.

Un grupo de 5 "no tan jóvenes", como protagonistas, entrados en la treintena, en un pequeño pueblo granadino sin recursos, anclados en la precariedad, sin metas por cumplir y enganchados a la cocaína. La droga es lo que les une y lo que les permite superar sus grandes vacíos personales y emocionales. Pero esa adicción será el peor de sus remedios.

El autor pone voz a cada uno de los 5 miembros del grupo a lo largo de la lectura, un grupo unido fuertemente única y expresamente por la droga. y por el caos que ello les genera. 5 historias que podrían extrapolarse a cualquier pueblo en lo largo y ancho de España. 5 personalidades diferenciadas pero conexionadas por el sentimiento de pertenencia al grupo y por el polvo blanco, 5 personajes que logran disimular en sus diferentes contextos su adicción, responsables en su entorno laboral pero un completo desastre en lo personal en el que las mentiras es el mayor de sus aliados.

Pero a parte de estos 5 narradores se suman unos cuantos más a lo largo de la novela, sus parejas, a quienes el autor les otorga un papel potente en la historia, son quienes apoyan, sufren y muestran la sensatez necesaria entre tanta incoherencia.

Destaco la manera en que está narrada la historia, llegando a empatizar con los personajes con suma facilidad, identificando con facilidad cada comportamiento, cada actitud y cada reflexión. El autor trasmite con claridad cada emoción cada gesto, todo esta llevado a la perfección y con una realidad impresionante. Con un ritmo imparable y adictivo y con puntos de humor muy acertados.



Una lectura sorprendente y cargada de realidad, una historia de amistad inquebrantable que me ha invitado a reflexionar sobre un tema muy actual.
Enlace: https://eltxokodeinaki.blogs..

He leído las novelas de Juarma en orden contrario así que, supongo, mi experiencia y perspectiva hubiese sido distinta de haberlo hecho en orden de publicación.

Para mí Alex sigue siendo "protagonista", aunque aquí se le nombra de pasada una sola vez, creo. Y es algo injusto para los verdaderos protagonistas de esta historia.

Conocí primero a Alex. Aunque también a Bruce Lee, Lolo, el Juanillo, Vanessa o el cucaracha en "Punki, una historia de amor".

Y conocer ahora sus historias ha sido completar la de Alex.

Villa de la Fuente. Me hace gracia cuando el alcalde declara a la prensa que "es un pueblo tranquilo". Menos mal.

De nuevo el desempleo, la falta de oportunidades y la droga, con las realidades crudas que hemos vivido de cerca muchas personas que crecimos en los ochenta.

Se agradece la sinceridad con la que escribe Juarma. También el esfuerzo por dignificar a quienes tantas veces se ha juzgado, sentenciado y apartado... "Los yonkis de mi barrio".

Real. Con su esperanza y su dolor. Así es "Al final siempre ganan los monstruos". Y es que es cierto. al final, ganan.

Y también es cierto que cada cual lucha como puede contra ellos.