El increíble niño comelibros

Oliver Jeffers, escritor de literatura infantil consigue, entretenerme, medio sorprenderme y por supuesto sacarme una sonrisa con sus libros cortos, bien ideados, bien planteados y que resultan deliciosos para ser leídos y ser narrados,
Una labor de ninguna manera menor, iniciar la lectura en los pequeñitos captando su atención y fomentando su imaginación.
En este cuento en particular presenta a Enrique que se come los libros sin sal, hasta que descubre que son mas sabrosos y “ nutritivos “ leídos, y por supuesto más productivos compartiéndoles.
Para quien en alguna ocasión, lo ha hecho ante publico el señor Jeffers, debe ser una referencia a ser tomada en cuenta a la hora de elegir cuentos para contar .

Este libro cuenta una historia dulce y agradable acerca de Henry, un niño que come libros. Henry está hambriento de conocimientos así que un día empieza a comer una página y luego un libro y otro y otro más. Su plan es volverse el niño más inteligente del mundo.
¡Me identifiqué mucho con él!
A mi hijo también le gustó la historia.
Las ilustraciones son bonitas y llamativas y la mordida en la portada del libro es un buen toque.

Magnífico libro infantil. En sólo tres días ya llevamos media docena de lecturas. En voz alta y en voz baja, como Agustín de Hipona. El increíble niño comelibros es universal en su singularidad. Es una genealogía del lector. Las ilustraciones son tan increíbles como el niño comelibros. La parte preferida de mis hijos es cuando vomita letras y palabras por indigestión bibliófaga. A la contratapa le falta un bocado. No paran de reírse. Hermosa historia, virtuosas ilustraciones, edición sumamente cuidada.