Secretos de la Luna Llena 2. Encuentros

Yo también querría tener a alguien a quien mirar a los ojos solo con certezas, sin importar nada más que nosotros mismos.

Echo de menos las dudas, porque al menos ellas dejaban lugar a la posibilidad.

Podría pedirme la luna y lo único que podría hacer es preguntarle en qué fase la desea.

Desvelaremos todos los misterios que esa mujer se ha empeñado en ocultar. Y encontraremos un hogar. Uno bonito, donde no hayan guerras. Uno donde podamos estar en paz. Donde haya tranquilidad y los sueños se cumplan, y los días acaben con las estrellas sonriéndonos desde arriba. Y la venceremos, Seaben. No va a hacernos más daño, ni ella ni sus secretos. Ahora estamos juntos, y eso nos hace invencibles.

Para luchar siempre hacen falta razones: nadie lucha sin cauda. Para luchar hace falta fe y confianza, para luchar hace falta algo en lo que creer, una razón que te haga seguir peleando incluso cuando ya no te quedan fuerzas para ello.

-Vamos a casa
EL príncipe y yo nos miramos. Nuestros países están distantes, sumidos ambos en sus propios problemas. Hace ya semanas que abandonamos Lothaire y yo hace un vida que estoy lejos de Nryan. Pese a eso, los dos sabemos a donde pertenecemos.
Nuestros dedos se entrelazan con fuerza: nosotros hallamos nuestro hogar al encontrarnos el uno al otro.

- Y así el dios y las estrella volvieron a encontrarse
- Y vivieron felices para siempre jamas
Prometiendo empezar de nuevo nuestro cuento, nos besamos como llevábamos 50 años esperando.

Tiene razón: las palabras sobran, porque en cuanto salen de nuestras bocas, se deshacen en el aire y no vuelven jamas.
Podemos hablar con los labios cuando queramos, pero solo en este silencio hablar con el corazón.

Porque no importa lo lejos que vayamos, una parte del corazon siempre se queda en el hogar

Tener miedo no te hace más débil. Admitirlo es lo que te permite derrotarlo