-Sabes que yo nunca quise atarte. No creo haberlo hecho nunca. Eras libre. Y sigues siendo libre. -Lo sé. Lo sé ahora. Lo supe... lo supe cuando te besé. |
-Sabes que yo nunca quise atarte. No creo haberlo hecho nunca. Eras libre. Y sigues siendo libre. -Lo sé. Lo sé ahora. Lo supe... lo supe cuando te besé. |
Tener miedo no te hace más débil
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Puede que las cosas no estén bien ahora. Pero si luchamos quizás lo estarán. En cambio, si nos dejamos caer y nos quedamos en medio del camino, lamentándonos por la piedra con la que hemos tropezado, jamás avanzaremos.
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—¿Estás segura? —Tan segura como de que te quiero —le susurro, esbozando una sonrisa que intenta animarlo. |
Sonrío. Al fina y al cabo, Eirene siempre ha sido mi respuesta correcta.
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Siempre me he visto como el rey de la partida, porque ella me defendía, pero ahora sé que en realidad soy solo un peón, igual de lento en su avance y al que únicamente se le permite mirar al frente. Sin embargo, si bien soy la pieza más vulnerable, quizá pueda llegar al punto más alejado del tablero y convertirme en lo que guste.
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Yo también querría tener a alguien a quien mirar a los ojos solo con certezas, sin importar nada más que nosotros mismos.
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Sonríe, pero es el gesto que los adultos dedican a los niños demasiado fantasiosos: lleno de cariño y de incredulidad, incapaces de tener tanta fe como ellos. Es la expresión de quien ha visto demasiado y no puede seguir creyendo en el mundo como hacia antes.
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Echo de menos las dudas, porque al menos ellas dejaban lugar a la posibilidad.
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Podría pedirme la luna y lo único que podría hacer es preguntarle en qué fase la desea.
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¿Qué criaturas mágicas podemos encontrar en Gringotts, el banco de magos?