Un mundo feliz

«Sólo podéis ser independientes de Dios mientras conservéis la juventud y la prosperidad; la independencia no os llevará a salvo hasta el final»

Oh, valeroso mundo nuevo

Si uno es diferente, se ve condenado a la soledad.

En el capricho individual no reside el valor. Se mantiene la estima y la dignidad en cuanto que es tan bella en sí misma como a los ojos de quien la mira.

Uno cree las cosas porque fue condicionado para creerlas.

Uno debe poder sentirse lastimado e intranquilo; de lo contrario, no se pueden pensar palabras verdaderamente buenas, incisivas, penetrantes igual que los rayos X.

Yo estoy convencida de que la locura es contagiosa.

Un exceso mental puede ocasionar la sordera y ceguera voluntaria de una deliberada soledad, la humildad fingida del ermitaño.

Libertad para ser una clavija redonda en un orificio cuadrado. Libertad para ser inservible e infortunado.

En el lapso de tiempo entre el deseo y su satisfacción proliferan los sentimientos.