El macho blanco y negro se volvió hacia ella. -Nos han echado de todos los lugares en que hemos intentado instalarnos, Perlada. Tal vez aquí podamos encontrar algo de paz - maulló. -¿Paz?¿Aquí? - repitió Perlada con incredulidad. Atrajo a sus cachorros y los cobijó debajo de su barriga. -. ¿Con fuego y monstruos? ¡Mis pequeños no estarán seguros! |