Beso y quiero, quiero y muero; si nos parte en dos la ausencia, pues con vehemencia te quiero, me moriré con vehemencia. |
Beso y quiero, quiero y muero; si nos parte en dos la ausencia, pues con vehemencia te quiero, me moriré con vehemencia. |
Me cogiste el corazón, y hoy precipitas su vuelo |
Abre, Amor mío, abre la puerta de mi sangre. Abre, para que salgan todas las malas ansias. Abre, para que huyan las intenciones turbias. Abre, para que sean fuentes puras mis venas, mis manos cardos mondos, pozos quietos mis ojos. |
Tu promesa es, hoy por hoy, miel en trance de esperanza. |
Descansar de esta labor de huracán, amor o infierno no es posible, y el dolor me hará a mi pesar eterno. |
Me tiraste un limón y tan amargo, con una mano cálida, y tan pura, que no menoscabó su arquitectura y probé su amargura sin embargo. |
No podrá con la pena mi persona rodeada de penas y de cardos: ¡cuánto penar para morirse uno! |
Mi corazón no puedo más de triste: con el flotante espectro de un ahogado vuela en la sangre y se hunde sin apoyo. |
Mi corazón no puede con la carga de su amorosa y lóbrega tormenta |
Por otra senda yo, por otra senda que no conduce al beso aunque es la hora, sino que merodea sin destino. |
¿Quién escribió la saga?